En ocasiones, la historia llena sus estantes traseros de personalidades desconocidas que brillaron en su momento con luz propia, pero que nunca llegaron a alcanzar el altar de la fama.
Nuestro protagonista de hoy, Tom Jack, fue considerado como el «Houdini albino». Se decía de Tom que tenía la misma maestría que el gran ilusionista y escapista húngaro, pero su problema, fue sin duda haber coincidido en una misma época donde nadie podía hacer sombra al Gran Houdini, además, el otro problema que tenía Tom es que era albino, y aunque ese detalle causaba expectación, muchos lo asociaban más a una simple atracción de feria, que a un auténtico ilusionista.
En Supercurioso queremos contarte su historia, queremos devolverlo de su anonimato para darle un pequeño homenaje.
La curiosa historia de Tom Jack, «del Houdini albino»
Se dice, que Houdini tuvo infinidad de imitadores a lo largo de su vida y por su puesto, después de su muerte. Ahora bien, los entendidos en la materia consideran que Tom Jack fue el único que pudo haberle hecho sombra en más de un momento, pero el problema estuvo en que el genio húngaro del espectáculo era adorado por las masas, y mientras uno triunfaba en Europa, el otro, no pudo más que optar por espectáculos más pequeños pero siguiendo siempre la estela de Houdini y sirviéndole como referencia.
Tom Jack era en realidad Karl Breu, había nacido en la República Checa y era 10 años más joven que Houdini. Por ello, ya desde muy niño, veía en aquel su inspiración y su referencia. No obstante, el joven Karl tenía una particularidad física que limitó en cierto modo el que le abrieran las puertas en muchos circos y teatros de Europa: era albino.
Si bien es cierto que en América lo hubiera tenido más fácil en vista del gusto particular de lo grotesco y la deformidad en esos circos de los «Hombres maravilla» donde actuaban Ella Harper o Pony Boy, en Europa no acaba de ser muy rentable darle un espectáculo único a un joven de piel rosada y cabellos blancos que hacía trucos de ilusionismo.
Algo admirable de Karl Breu es que fue un superviviente nato desde su infancia: quedó huérfano muy pronto, y separado al poco de su hermana, tuvo claro que debía sobrevivir al precio que fuera. Por ello, lo intentó de inmediato en el primer circo ambulante que apareció en la ciudad donde estaba su orfanato. Se escapó y desde la grada del espectáculo, alzó la voz haciendo creer al público que él era el director del circo.
Fue reprendido de inmediato, pero quedaron tan admirados por el carácter del joven que le dieron un puesto como payaso. Fue en este contexto donde le empezaron a llegar los comentarios sobre el éxito de Houdini, así que decidió dar un giro a su carrera: se pondría también un nombre americanizado, y le sacaría partido a su albinismo, sería «Tom Jack, el rey de hielo».
Y de la noche a la mañana, dejó su papel de payaso para alzarse como escapista. Y lo hizo a lo grande. En Viena, llamó a la policía y a la prensa y avisó de que iba a hacer un espectáculo en público. Se pondría un saco y unas cadenas, y se tiraría de un puente liberándose de todo ello bajo el agua. Y así lo hizo, más tarde fue llevado a comisaría pero los periódicos ya hablaron por primera vez de él, del «Houdini albino».
Y al igual que Houdini, también estuvo apunto de morir. Fue en Londres, cuando se lanzó al Támesis y no pudo deshacerse de las cadenas que lo apresaban. Tuvieron que salvarlo, y aunque también fue noticia en los periódicos, las primeras páginas de sociedad y espectáculos estaban siempre dedicados a su némesis: Harry Houdini.
Te gustará saber que Tom Jack tuvo una vida cómoda gracias a que obtuvo siempre buenos ingresos. Se casó y tuvo también dos hijos albinos. No obstante, su vida artística acabó pronto, sabía que en aquella época sólo existía un ilusionista, y que los demás, sólo eran estelas condenadas a hacerle sombra. Por ello, Tom Jack volvió a ser Karl Breu, y se dedicó a trabajar como traductor para el ejército.
«El Rey de Hielo» falleció el 17 de octubre de 1953 a los 69, feliz seguramente por haber tocado su sueño, y preguntándose seguro que habría sido de él si hubiera nacido 50 años antes o después del gran Houdini.
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