Tal vez hayas escuchado este nombre en los últimos días de abril de 2016, pues se estrenó una película protagonizada por Emma Watson y Daniel Brül del cineasta Florian Gallenberger, llamada precisamente Colonia Dignidad.
A raíz de esta exhibición, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, pidió públicamente perdón por la omisión del estado alemán y anunció la desclasificación anticipada de los archivos diplomáticos sobre la Colonia Dignidad que debían abrirse en 10 años. ¿Pero qué es la Colonia Dignidad, qué pasaba allí? Una macabra historia que te contaremos en Supercurioso.
La escalofriante historia de la Colonia Dignidad
Fue fundada en Chile en 1961 en la comuna de Parral, provincia de Linares, región del Maule, al sur de Santiago. Su fundador, el alemán Paul Schäfer, había trabajado como asistente social para menores en una institución asociada a la iglesia evangélica que funcionaba en Siegburg, donde él vivía.
Este siniestro personaje fue despedido del cargo a finales de los años 40 por acusaciones de abuso sexual contra los niños bajo su cuidado y, a pesar de que lo despidieron, en aquel momento no se inició un proceso judicial en su contra. Deambuló por Renania anunciando el cristianismo laico y era muy bueno convenciendo a la gente, así pudo establecerse en una comunidad de Gronau donde ejerció una gran influencia sobre algunos de sus miembros.
En Lohmar fundó lo que podría considerarse un antecedente de la Colonia Dignidad: la Misión Privada Social, en donde sus integrantes debían realizar durísimas tareas agrícolas sin la más mínima remuneración. Era una organización que trabajaba con menores en riesgo social, y cuando otra vez surgieron acusaciones de pederastia, a Schäfer no le quedó de otra sino huir.
Así, organizó en 1961 el traslado de varios cientos de integrantes de su Misión Privada Social, de la cual era ya jefe indiscutido, a Chile, y allí él y Hermann Schmidt compraron un fundo, El Lavadero, con 3.062 hectáreas; lo curioso es que este terreno nunca estuvo a su nombre y la “Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad” se constituyó en persona jurídica por decreto del Ministerio de Justicia chileno, logrando liberarse de pagar el impuesto a la renta o derechos de aduana si alguien donaba dinero; El Lavadero pertenecía legalmente a la inicial Misión Privada Social, que ya estaba integrada por más de 230 personas.
Y aquí entramos ya en la historia que nos concierne, pues la llamada Colonia Dignidad ofrecía una imagen perfecta de armonía, trabajo colectivo y orden basada en una intensa actividad publicitaria que incluía videos y trabajo de prensa favorable, y podías ver entonces a los rubios residentes felices, los hombres arando la tierra, las niñas y mujeres bordando o cocinando, en fiestas y conmemoraciones.
Pero la verdad era absolutamente distinta. En 1966, Wolfgang Müller logró huir y fue la primera vez que se oyeron denuncias de lo que sucedía en la Colonia Dignidad; Müller pidió asilo en Alemania y se convirtió en presidente de una fundación dedicada al apoyo de las víctimas. En 1967, huyó Heinz Kuhn y confirmó todo lo que había dicho Müller, pero las autoridades conservadoras chilenas desestimaron las acusaciones, pues otra arista terrible surgía desde la Colonia Dignidad: lazos con la ultraderecha chilena preparando el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que derrocaría al presidente Salvador Allende.
¿Qué hacían aquí? Paul Schäfer era un consumado manipulador, experto en lavar el cerebro. Impuso un extraño sistema autoritario en el que se prohibía expresamente todo contacto con el exterior. Puertas adentro, Schäfer dividió a las familias: padres de hijos, esposos de esposas, de suerte que no era posible el contacto mutuo; los obligaba a vivir en espacios aislados y, claro, no recibían ningún pago por las labores de campo o domésticas que hicieran.
Eso le dio una enorme libertad para abusar sexualmente de todos los niños en Colonia Dignidad. Además, engañaba a los campesinos de las zonas aledañas y adoptaba a sus hijos con la promesa de ofrecerles una vida y un futuro mejores.
Los niños que se resistían eran confinados al hospital, donde eran torturados. La doctora residente en aquel momento, Gisela Seewald, en posteriores declaraciones reconoció haber practicado sesiones de electroshock y dado sedantes fortísimos a los niños que Schäfer decía estaban “poseídos”.
En 2005 Schäfer fue detenido en Argentina, ya que el primer gobierno socialista de Chile, bajo el mando de Ricardo Lagos, logró tomar el control de Colonia Dignidad, y allí encontraron cosas increíbles, que obligaron a una profunda revisión de lo que venía sucediendo en aquel recinto: consiguieron un arsenal de armas de guerra y hasta un manual de tortura…
Se develaron alianzas secretas tanto con la dictadura de Augusto Pinochet como con traficantes internacionales de armas, y saltó a la luz pública que durante el régimen pinochetista, la Colonia fungió de centro de detención donde se torturaba y asesinaba a quienes luchaban contra la dictadura. Así lo explica un sobreviviente de Pinochet, Erick Zott:
“Estuve en total en 36 diferentes campos, pero en ninguno encontré el grado de sofisticación y profesionalidad en los interrogatorios y la tortura de Colonia Dignidad”.
Por ello, cuando en abril de 2016 se exhibió la película Colonia Dignidad, y a la luz de toda la información obtenida de las investigaciones, el ministro alemán Steinmeier decidió anticipar la apertura de los archivos clasificados, e invitó a periodistas e historiadores a consultar las fuentes “para que toda la verdad salga a flote”. Incluso admitió que la embajada alemana en Chile se hizo de la vista gorda durante décadas frente a la tragedia que vivía este grupo de personas, “perdió la orientación en su afán por mantener buenas relaciones con el país anfitrión”, y anunció también que el caso de Colonia Dignidad se integrará como una unidad de estudio para los futuros diplomáticos, con el objeto de mejorar el sentido de alerta en materia de derechos humanos.
Hoy, Colonia Dignidad se llama Villa Baviera, hay un hotel y un restaurante para los turistas; Paul Schäfer fue condenado, y las víctimas tratan de recomponer sus vidas. Si te interesan estos temas, te recomendamos entonces La terrible historia de los huérfanos de Duplessis.