Su nombre es «Diphylleia grayi», aunque todos la conocen como la flor esqueleto o la flor trasparente. Nos llama la atención ante todo la combinación de un término tan inquietante como «flor esqueleto», con esa imagen tan mágica digna de cualquier cuento de hadas: una flor cuyos pétalos al ser humedecidos se vuelven traslúcidos… Como de cristal.
La naturaleza no tiene límites en cuanto a caprichos y maravillas, y hoy en Supercurioso queremos traerte tres increíbles ejemplos que no creerás que existen en nuestro mundo. Aunque cabe decir, eso sí, que dos de ellas son completamente naturales, y solo una es resultado de la mano del hombre. ¿Adivinas cuál?
1. La flor esqueleto
Lo primero que te estarás preguntando es si la podemos cultivar en casa. La verdad es que resulta complicado. La Diphylleia grayi recibe el nombre de flor esqueleto por su color blanco y por tener la capacidad de trasformarse. Como el cuerpo humano al corromperse y dejar únicamente sus huesos como testimonio. En este caso, esta pequeña planta de origen oriental, tiene la maravillosa propiedad de que, al entrar en contacto con el agua… Se vuelve traslúcida.
Y aún hay más, a nuestra protagonista no le gusta nada el calor, así que cuando llega la primavera, se desprende de las flores, y la planta adquiere un llamativo color azul cobalto. ¿»Supercurioso» no es así?
Es originaria de las laderas boscosas y húmedas de las regiones de China y Japón, y crece de forma difusa en una planta con forma de paraguas. Hay quien las busca en los días de lluvia solo por verlas, solo por tocar esos delicadísimos pétalos que se vuelven trasparentes con el agua, para después, cuando desaparece la lluvia, volver a ese blanco original. Para los interesados en botánica cabe comentar que carece de toda propiedad medicinal y que es una flor puramente ornamental. Solo para deleitarnos….
2. Dicentra, la flor del corazón sangrante
Otro ejemplo de cómo la Naturaleza en ocasiones sabe de poesía. Fíjate en la asombrosa forma de esta flor… Son como corazones de los que caen lágrimas, y de hecho es así como se las llama en muchas regiones de Norteamérica (Bleeding heart).
Cabe decir que hay muchas, muchísimas especies de este tipo que también crecen en nuestros jardines a modo de pequeñas campanillas. No obstante, la «Dicentra» también recibe en otros países nombres similares, como el «corazón de la virgen» o el «corazón en lágrimas». Crece en zonas templadas, más bien húmedas y presentan, casi siempre, un intenso color rosado. Es una delicia poder encontrarlas en los campos o en los jardines…
3. Las rosas arcoiris
Imaginamos que lo habrás adivinado casi al instante. Las rosas aroiris no son un deseo voluntario de la Naturaleza, sino de un capricho del hombre. Se crean de un modo totalmente artificial que radica en unos extremos por así decirlo, poco aceptables.
El secreto estaría en el tallo de la rosa, se separa en varias partes y se obliga a la planta a absorber distintos líquidos donde ya se impregnan los colores escogidos. Es común encontrar rosas arcoiris con los clásicos 7 colores, no obstante, hay una variante tropical con una coloración a base de rojo, rosa y amarillo, y otra estilo «oceánico» con verde y azul. Así mismo, ya conocerás también las «rosas negras», de origen también artificial. Es decir, por muy maravillosa y caprichosa que sea la naturaleza, nunca encontraremos cultivos naturales de rosas negras ni de destellos arcoiris.
Y ahora dinos… ¿Cuál de estas flores te ha llamado más la atención? Si te ha gustado este artículo te invitamos a conocer también por qué no hay alimentos azules.