Pocos gatos disponen de unos ojos tan deslumbrantes y de un azul tan puro. Los gatos siameses son tan especiales como elegantes, y su silueta única habla de un pasado singular que nos encantaría compartir contigo.
Si tú también tienes en casa uno o varios gatos siameses, no te pierdas conocer cuál es la historia que cuenta su antiguo linaje.
¿Origen egipcio?
La verdad es que no queda del todo claro. Son muchos los que piensan que los gatos siameses podrían proceder en realidad del Antiguo Egipto. ¿La razón? Por su forma.
La anatomía facial del gato siamés recuerda mucho a las figuras y las pinturas murales que se conservan en honor a Bast, la diosa egipcia felina. No obstante, no hay pruebas de ello, sólo podemos intuir que son una de las razas de gatos más antiguos registrados.
Los gatos siameses y el reino de Siam
Los ancestros de los gatos siameses que tenemos a día de hoy en nuestros hogares, se situan en su mayoría en el reino de Siam (actual Tailandia). Es aquí donde tenemos ya los primeros registros, los cuales tienen fecha en el 1600. Obviamente, su nombre procede de este escenario único donde la realeza y los sacerdotes quedaron tan prendados de ellos que se convirtieron en unos animales asociados casi de forma exclusiva, a las altas esferas de Siam.
No te extrañará saber que se los llamara también los gatos «diamante de luna», por esa mirada tan limpia y resplandeciente. Eran adorados, respetados y disponían de un día a día tan íntimo con los reyes de Tailandia, que existía una costumbre que en cierto modo nos recuerda a las prácticas de enterramiento egipcio.
Cuando el rey fallecía, en su tumba se construía un orificio por el cual pudiera caber un gato. En el funeral se dejaba el cuerpo del monarca en dicha tumba en compañía de ese gato siamés que le había acompañado en vida.
Si el gato encontraba la salida y lograba escapar de ese enterramiento a través del agujero, se decía que el alma de rey había encarnado en el propio felino y que por tanto, era libre. Curioso, ¿no es así? Más tarde, ese mismo gato debía estar presente en la coronación del nuevo rey.
¿Cómo llegaron los gatos siameses a Europa o al continente americano?
Tenemos claro que los gatos siameses eran exclusivos de Tailandia. ¿De qué manera pudieron pues extenderse con tanta fuerza por todo el mundo? Bien, en primer lugar y como ya puedes intuir, los gatos siameses que tenemos a día de hoy son muy diferentes a los que tenían los reyes de Siam. Aquellos eran más delgados, estilizados y atléticos. Se dice que fue entre 1870 y 1880 cuando Sir Edward Blencowe Gould, en aquel entonces un distinguido cónsul extranjero en Bangkok, recibió del propio rey dos regalos muy especiales: dos gatos siameses, una pareja.
Los gatos se llamaban Pho y Mia. Las tres crías que concibieron fueron regaladas a su vez a la hermana de Sir Edward Blencowe, la señora Llilian Veley, quien a su vez, decidió mostrarlos en el Palacio de Exposiciones de cristal. Más tarde, esta misma dama fundó el primer club de gatos siameses del Reino Unido. La expansión de esta raza tan elegante y atractiva no había hecho más que empezar.
Y ahora dinos ¿Tienes tú también un gato siamés? Si te ha gustado este artículo descubre también curiosidades sobre los gatos negros.