Esta es una historia sencilla, sin artificios, sin principio pero con un final que debe invitarnos a una reflexión. A la que cada uno deseemos llegar, porque la muerte es algo que nadie entiende y que reclama casi siempre de algo de fe, de algo de esperanza y de una trascendencia personal que nuestro corazón desee ofrecerle.

Los protagonistas de esta historia son un ciervo, un hombre enfermo de cáncer y su hija, Latricia Thomas, una presentadora de un canal de noticias en Estados Unidos que quiso hacer eco de lo que le sucedió para que quien lo deseara tomara conciencia de ella. Desde Supercurioso, te invitamos a conocerla.

La historia del ciervo que visitó a un hombre el día antes de su muerte

Latricia Thomas presenta las noticias en Channel 9 desde hace bastante años. No es común que trascienda la vida privada de los presentadores de televisión, pero en este caso, ella misma subió a los medios la noticia de sus últimos días y en especial, el relato personal que tenía que ver con su padre.

Su padre llevaba enfermo desde hace 10 años. Una larga dolencia que ya en los últimos meses no tenía solución alguna y que la familia, estaba asumiendo ya con la mayor entereza posible. Con la que se puede afrontar la muerte de un ser querido cuando la medicina no da alternativa alguna a los enfermos terminales.

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El señor Thomas decidió pasar sus últimas semanas en una pequeña cabaña en el bosque, una casa que su propio padre había construido. Mientras, Latricia y el resto de la familia lo acompañaba y atendía en esos momentos de paz, de duelo personal ante lo que ya no tiene remedio.

Según explicó la propia periodista, su padre fue cazador durante varios años. Siempre iba con su escopeta al amanecer para alcanzar a algún buen ejemplar: ciervos sobre todo. No obstante, de un día para otro esa afición cambió, en especial con la llegada de sus hijos. Cambió la escopeta por una cámara y les inculcó el valor del respeto por la naturaleza, y el amor por ella. Y así fue siempre, ese fue un valor que mantuvieron cada día cada uno de sus hijos.

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Fue una mañana. Según Latricia Thomas explicó a los medios, fue una mañana cuando sucedió lo más curioso e impactante de su vida. Apareció un ciervo adulto y precioso justo detrás de la ventana donde estaba su padre. Era un ciervo de gran cornamenta, con 10 puntas: 4 en lado y 6 en la otra. El animal lo miraba directamente como si deseara captar su atención. Es más, los miraba directamente para que hicieran que su padre volviera el rostro hacia él. Y así lo hizo.

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No obstante, la historia no acabó aquí. El animal se apartó de la ventana y se dirigió hasta la puerta de entrada: estaba claro lo que deseaba, que lo acariciaran, tomar contacto con ellos. En especial con el padre de Latricia. En un extraño impulso de energía, el hombre fue capaz de levantarse y de andar, algo lo guiaba hasta el animal… Así que ambos, al final, lograron entrar en contacto y acariciarse mutuamente.

Tras esto, el animal dio media vuelta y se fue. El padre de Latricia, miro a sus 3 hijos y sus 9 nietos, y dijo lo siguiente conteniendo la emoción: «Ya estoy listo para irme».

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Y así fue, porque al día siguiente, el padre de Latricia Thomas, falleció. Su ciclo vital había encontrado quizá ese punto final, o ese espíritu guía en forma de ciervo para invitarlo a descansar, a dejarse ir… A despedirse.

Una historia que sin lugar a dudas nos invita a pensar. Y recuerda, si te ha gustado esta historia descubre también qué es el Kintsukoroi o la técnica de reparar objetos heridos.