Existen leyendas que se repiten en muchos países. La leyenda popular de «los niños cambiados» podemos encontrarla en casi todo el folclore europeo. Los historiadores opinan que esta leyenda servía para hacer más llevadera la desgracia de tener un hijo enfermo, con alguna malformación o fallecido, sin embargo también creen que en algunos casos servía para justificar la desaparición de niños en familias que o bien no podían alimentarlos o en las que por algún motivo no eran bienvenidos.
La leyenda de «los niños cambiados»
La leyenda de los niños cambiados, popular en toda Europa, nos habla de unos niños, generalmente recién nacidos o de muy corta edad, que son cambiados en sus cunas por seres fantásticos de naturaleza maléfica o simplemente traviesa. En su lugar los trolls, elfos, xanas, hadas, etc. dejan a uno de sus hijos. Cuando la madre o alguien de la familia se acerca al moisés se encuentra con el niño cambiado, que suele ser monstruoso, deforme o incluso estar muerto. El peligro de que el bebé pudiera ser robado solía terminar en el momento en el que el infante era bautizado. Estas leyendas se desarrollaron especialmente durante la Edad Media.
La leyenda explicaba que en ciertas condiciones el niño humano podía ser devuelto, pero para que esto ocurriera, la madre del engendro debía ver que su hijo era maltratado y acceder al cambio. Esto llevó a algunas madres a azotar, quemar e incluso matar en un horno al niño que creía que no era el suyo.
En Suecia se explicaba la historia de una madre a la que su hijo le fue cambiado por un troll. Los familiares y vecinos le insistían en que lo maltratase para que le devolvieran al suyo, pero la mujer no pudo hacerlo y lo cuidó como si fuera propio. El padre no estaba de acuerdo y al cabo de los años primero intentó quemarlo, siendo salvado por la mujer, y finalmente se llevó al niño al bosque para matarlo. Una vez allí se arrepintió y no le hizo nada, dejándolo libre. Al regresar a su casa se encontró con que su propio hijo había vuelto. La madre troll, en agradecimiento porque no habían maltratado a su retoño, les devolvió al niño cambiado.
Estos seres fantásticos que cambian niños buscan, según la tradición, cosas diversas con su acción. Las xanas o anjanas quieren que sus hijos sean bautizados y amamantados por una humana. Otros, como los trolls, quieren tener un criado humano y en algunos casos se trata de amor o simple maldad.
En las leyendas europeas hay casos curiosos como el de Irlanda, donde se creía que los niños zurdos eran niños cambiados. En Francia pensaban que el cambio se debía a la admiración que sentían los «servan» por los humanos, cosa que les impelía a cambiar a sus hijos por un niño. En los países nórdicos, para impedir el robo del bebé, se colgaban unas tijeras o un cuchillo sobre la cuna o se lo cubría con un abrigo vuelto del revés.
A partir del Renacimiento, la leyenda mutó y los niños cambiados pasaron de ser las víctimas de trolls, hadas, elfos u otros seres semi-mágicos a serlo del diablo. Era el propio demonio el que los cambiaba por seres monstruosos o incluso los hacía desaparecer en ocasiones.
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