¿Por qué hacer una puerta al enemigo de Dios precisamente en la casa de éste? Es una pregunta que más de un parroquiano cristiano debió hacerse durante la Edad Media, especialmente si vivía en el condado de Sussex, Inglaterra, y que seguramente no se atrevió a hacer en voz alta, no fuera que lo invitaran a pasar por ella.
La puerta del Diablo no es precisamente una figura arquitectónica común a las iglesias europeas de ese período, o de cualquier otro, aunque sí podían encontrarse en Gran Bretaña, y sobre todo en este condado del sur de Inglaterra.
La puerta del Diablo de algunas iglesias medievales
Numerosas iglesias sajonas de los siglos XII y XIII, contaban con una puerta con dirección al norte, que casi nunca, o muy rara vez, se abría y que recibía el nombre de Puerta del Diablo. Este dispositivo estaba presente sobre todo en los condados del sur de Inglaterra, donde había al menos cuarenta iglesias con esta puerta, y especialmente en el condado de Sussex. Lo curioso en torno al hecho de llamar puerta del Diablo a la puerta que da al norte, es que en Sussex al norte queda prácticamente todo el resto de Inglaterra.
Estas puertas, aparte de su ubicación, no tenían nada de particular, sólo ser más pequeñas que las otras, y en siglos posteriores fueron clausuradas, tapiadas o convertidas en ventanas. Sin embargo, todavía pueden observarse muestras de estas puertas en la iglesia de Santa Margarita, en Ditchling, la iglesia de San Pedro, en Hamsey, la iglesia de Santa Helena en Hangleton y la iglesia de San Nicolás en Worth, entre otras.
Pero, ¿para qué servían?
Hay un par de teorías que intentan explicar la existencia de una puerta del Diablo. La primera es que estas iglesias son de un período en el que el cristianismo no había triunfado del todo y coexistía con religiones paganas, que los cristianos consideraban como religiones del demonio. Por la puerta del Diablo asistirían al culto creyentes de otras religiones que quizás se encontraban en proceso de conversión.
Otra teoría propone que no se trataba de una puerta de entrada, sino de salida. Ésta parte de la visión del bautizo como una forma de exorcismo en el que se expulsan demonios del bautizado. La creencia sería que para evitar que el demonio permaneciese en la iglesia debía haber una puerta de salida, y era ésta, la puerta del Diablo, que daba al norte y se abría sólo cuando había bautizos.
Sea cual sea la explicación, la función de esta puerta pasó al olvido y con el tiempo fue eliminada o clausurada en la mayoría de las iglesias, quedando como una curiosidad para turistas e historiadores, y quizás, como otro recordatorio de la fascinación que parecen sentir los cristianos por el adversario de Dios.
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