¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ese objeto abandonado en la Luna? Todos aquellos aficionados al coleccionismo y que además cuenten con unas cifras repletas de ceros en sus cuentas corrientes, no dudarían en pagar lo inimaginable por algo tan «especial» como serían las botas de Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna.
¿Cómo olvidar aquella frase? «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad» Un paso que estuvo enfundado por un par de botas que muchos ansiarían tener en sus estanterías como muestra de un pedazo inolvidable de nuestra historia. ¿El problema? Que Armstrong se dejó sus botas en la árida superficie lunar.
Lo que el Apolo decidió abandonar en la Luna
Bien, lo sabemos. Son muchos los que aún dudan del programa Apolo y de la culminación de su éxito el 21 de julio de 1969, cuando Edwin Aldrin dejó impresa su huella en la superficie lunar, triunfo absoluto de aquella conquista. Sea como sea, está claro que la figura de Neil Armstrong se alza como el astronauta de la NASA más conocido, en especial, claro está, por ser el primer hombre en pisar la Luna. ¿Cuánto valdrían sus botas en caso de conservarlas aún hoy en día? El valor sería incalculable, pero claro está… se quedaron allí arriba, en la Luna.
Pero hagamos una pequeña aclaración, lo que los astronautas llevaban no eran exactamente botas, sino una especie de cubiertas que se ponían sobre las botas originales del traje de presión, que, por cierto, tenían las suelas lisas. Y el equipo del Apolo, decidió dejarlas allí, es decir, no solo se abandonó el par de «cubiertas» de Armstrong, sino también las del resto del equipo, es decir, nueve pares de botas en total. ¿Qué por qué lo hicieron? Son muchos que piensan que las dejaron porque estaba impregnadas de contaminación, pero en realidad se dejaron por razones de peso. La teoría de la contaminación no se mantiene, porque de hecho los trajes que llevaban fueron los que más contaminación recibieron.
Así que ya sabes, si un día se recuperan todas esas botas abandonadas allí en la Luna su precio será incalculable, sin duda. Aunque llama la atención el poco delicado ejemplo que dejaron en nombre de la raza humana, abandonando «su basura espacial» por la superficie lunar, en compañía de esa bandera de barras y estrellas, ya sabes… la misma que ondeaba en las imágenes a pesar de permanecer en un medio que, supuestamente, carece de atmósfera.
Como última curiosidad te recordamos que no fue una sola bandera la que se dejó allí enclavada. Fueron varias y, según la NASA, estos ligeros trozos de tela, siguen en pie, al menos las situadas en los lugares de alunizaje del Apolo XII, Apolo XVI y Apolo XVII. Resistiendo implacables a la luz ultravioleta.
Pero de las botas, nadie sabe nada.