Desconocemos si Leonardo Da Vinci era miope o si en sus días de ancianidad sufría de vista cansada. Ahora bien, algo que sí sabemos es que entre muchas de sus inquietudes, y entre las decenas de investigaciones que su ávida mente mantenía, estaba la fisiología visual.
En cierto modo, nada de esto nos extraña, como anatomista que era además de inventor, pintor, arquitecto, escultor, músico, ensayista y persona que vive de sus sueños, los misterios contenidos en el ojo humano eran todo un reto que le quitó horas de descanso y a los que dedicó largas horas de profundo trabajo.
Te invitamos a descubrir qué relación existe entre Leonardo y las actuales lentes de contacto. Porque… ¿qué haríamos sin ellas?
Leonardo da Vinci y sus estudios de óptica
El sistema visual era algo muy importante para Leonardo, algo esencial para su trabajo, para mejorar sus técnicas de arte y pintura. Si hay un aspecto revolucionario que introdujo el célebre genio florentino en el campo del conocimiento anatómico del ojo, fue lo siguiente:
- La función visual del ojo se encuentra en el cristalino (la lente ocular) y no en la retina.
Este aspecto era algo que mantenían ya muchos de sus contemporáneos, pero que aún no era del todo aceptado. Y por ello, Leonardo no dudó en hacer un exhaustivo estudio a base de interesantísimos dibujos donde podía verse el movimiento de la pupila. Vistos a día de hoy, cuentan con tal grafismo y perfección que nos recuerdan más bien al funcionamiento del objetivo de una cámara.
En sus textos, dejaba indicaciones sobre cómo cada imagen, incluso la del objeto más pequeño, entraba en el ojo al revés, y cuando entra, la lente volvía cambiar en la dirección opuesta, hacia atrás, para tomar la misma posición del objeto externo. Algo asombroso, no hay duda.
Ahora bien, ¿por qué se considera a Leonardo da Vinci como el precursor de las lentes de contacto? Bien, tal y como nos incidan desde el «College of optometrics» de Reino Unido, lo que Leonardo creó y nos mostró a través de sus trabajos no tenía como finalidad propiamente dicha el corregir o mejorar la agudeza visual de las personas. Sus trabajos eran puramente especulativos, y sobre todo de experimentación.
Fue a lo largo de 1508, cuando Leonardo diseñó un tipo de dispositivo hecho de vidrio que contenía agua, y que buscaba «simular» la función visual del ojo. Tal dispositivo se colocaba en la propia cornea para conseguir un fenómeno de refracción. Su interés esencial estaba en comprender la dióptrica de la refracción en líquidos y lentes, así como los catadióptricos de reflejos en espejos esféricos.
También se dispone de un curioso dibujo en el cual, un hombre sumerge su rostro en un recipiente de vidrio esférico de agua y es capaz de ver sus propios hombros. ¿Y qué buscaba Leonardo con ello? Demostrar el poder visual de una superficie convexa transparente para el ojo humano. ¿Te suena de algo? En efecto.
Ahora bien, su interés, el propósito del maestro florentino era como decimos, puramente especulativo y como método para mejorar sus técnicas de creación, pero para muchos, sus estudios le dan el derecho legítimo a tener un puesto destacado dentro de la historia de la óptica oftálmica.
Hay quien se atreve a decir, que de haber tenido los medios suficientes hubiera acabado creando las actuales lentes de contacto, no obstante, en muchos de sus dibujos vemos muchos tipos de lentes similares a los que utilizamos ahora. Una vez más, queda demostrada esa visión de futuro, esa necesidad por ir más allá de la ciencia de su época e incluso de la religión, para demostrar de lo que es capaz la mente humana en el dominio de la tecnología y la naturaleza. Sin lugar a dudas, a día de hoy Leonardo da Vinci sigue siendo el mejor visionario de nuestra historia.
Si te ha gustado este artículo, no dudes en conocer también la oscura obsesión de Leonardo da Vinci. ¿Imaginas cuál era?