Es probable que conozcas las películas de terror protagonizadas por zombis nazis, a veces más próximas a la comedia que a la producción mediática de miedo. Bien, a diferencia de éstos, los Hombres lobo nazis sí existieron, e intentaron cambiar el curso de la guerra a través de técnicas dignas de otra clase de películas.
Los planes de los Hombres Lobo nazis: no te fíes de NADA ni de nadie
En 1944, ante el avance de los aliados y la creciente posibilidad de una invasión a Alemania, los altos jerarcas nazis consideraron necesaria la creación de una fuerza de resistencia que actuara en coordinación con las fuerzas militares regulares. El autor de esta idea fue Martin Bormann, inspirado en parte por la labor de guerrilla y sabotaje realizada por los partisanos soviéticos, que logró la aprobación de Hitler y creó una fuerza reclutando jóvenes de las SS y de las juventudes hitlerianas.
Esta fuerza fue conocida como la Werwolf, los hombres lobos, y debía actuar realizando ataques comando y saboteando las operaciones logísticas para desmoralizar a las tropas enemigas y facilitar la contraofensiva por parte de las fuerzas militares regulares.
Los hombres lobo nazis inicialmente fueron unos 5.000, pero el rápido desarrollo de los acontecimientos, el avance de rusos americanos e ingleses, no dio tiempo para adiestrar y equipar debidamente estas tropas, que además no habían sido consideradas inicialmente como una guerrilla de resistencia, sino como un complemento de las otras tropas, pues Hitler no creyó sino hasta el final de sus días que Alemania sería derrotada y ocupada.
Recientemente, la desclasificación de más de un centenar de documentos del MI5 (el servicio de inteligencia británico), ha revelado otros aspectos de las actividades de los hombres lobos nazis más retorcidas y tortuosas que una simple resistencia a la ocupación.
Interrogatorios realizados a varios prisioneros nazis por agentes de inteligencia británicos revelaron la existencia de un plan que incluía el uso de encendedores cargados con gases mortales, cigarrillos que producirán dolores de cabeza y aspirinas envenenadas.
El plan, que incluía también pomos de puerta y libros espolvoreados con venenos, así como pastillas explosivas que estallaban al contacto con el agua, fue descubierto en marzo de 1945 y dio tiempo a los aliados para desarrollar medidas preventivas como la de prohibir a las tropas aceptar alimentos, bebidas o cigarrillos por parte de la población alemana.
Sin embargo, la destrucción de Alemania fue de tal magnitud que no hubo ningún movimiento de resistencia organizado, y sólo hay información documentada de un asesinato cometido por los hombres lobo nazis: el del alcalde de Aquisgrán, el Dr. Franz Oppenhoff, asesinado precisamente en marzo de 1945.
Hoy en día algunos grupos neonazis han retomado el nombre de los hombres lobo nazis, y sólo nos queda desear que corran la misma suerte que sus predecesores, o se topen con una buena bala de plata.
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