Atención, si estás o crees estar al alcance de un niño recién llegado al mundo, ver este gif podría abrirte los ojos en torno al alcance de la vista de los recién nacidos y cómo evoluciona durante el primer año de vida fuera del vientre materno.

¿Cómo mejora la vista de los recién nacidos en 12 meses? ¡Este gif es revelador!

No queremos pasar por spoiler pero te vamos a contar el gif, por lo que quizás sea más conveniente que lo veas primero.

¿Lo viste? Es rápido y no es que esté mal, así ven los niños al nacer, porque la corteza visual del cerebro apenas está comenzando a procesar las imágenes y a coordinar el movimiento de los dos ojos para enfocar. De hecho, no puede enfocar nada más allá de los diez centímetros durante las primeras semanas, por lo que con certeza el primer rostro que verá nítidamente es el de su madre cuando le esté dando pecho o biberón.

Al mes ya puede distinguirlo a casi un metro de distancia, y a ambos padres puede enfocarlos poco después de los tres meses (es decir, a cualquier humano que se ponga a una distancia de menos de dos metros de la cuna).

A partir de los tres meses, la vista de los recién nacidos mejora sustancialmente y pueden enfocar mejor la cara de los padres. Esta fase suele coincidir con las primeras sonrisas voluntarias, pues el bebé tiene un mayor dominio de los músculos faciales. Entre los tres y cuatro meses puede seguir el desplazamiento de un objeto con los ojos e intenta coger    objetos cercanos, comenzando a afinar la relación ojos-manos.

Entre los cinco y ocho meses mejora su sentido de profundidad, es decir, puede percibir qué objetos están más cerca y cuáles más lejos. En este período también comienzan a percibir los colores con mayor nitidez (antes tienen una visión cercana al blanco y negro). En este período muchos bebés comienzan a gatear y eso favorece una mejor relación entre las manos y los ojos.

¿Cómo mejora la vista de los recién nacidos en un año? ¡Este gif es revelador!

La vista de los recién nacidos entre los ocho y los doce meses es bastante cercana a la de un adulto, la relación ojos-manos se perfecciona y también la capacidad para calcular distancias y lanzar objetos con puntería. Sin embargo, hará falta un año más para que la visión del niño sea equivalente a la de un adulto.

A raíz de lo que hemos aprendido sobre la vista de los bebés, no nos queda sino lamentar los millones de gestos y morisquetas que se han perdido, se están perdiendo y van a seguir despilfarrándose en el futuro, por parte de amigos, padres y parientes empeñados en hacer sonreír a ese pequeño recién llegado que vino equipado con la vista de un viejito, pero de un viejito lindo, que cada día se hace más joven.

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