La administración Eisenhower creó la NASA con el objetivo específico de poner el primer hombre en el espacio y recuperar así el prestigio de EEUU. Aquí, la palabra «hombre» no es sinónimo de «ser humano», tal como nos han acostumbrado, sino que, efectivamente, uno de los requisitos indispensables para entrar en la candidatura a convertirse en astronauta era pertenecer al sexo masculino. Sin embargo, en paralelo, doce mujeres que habían permanecido en las sombras durante demasiado tiempo, formaron un proyecto conocido como Mercury 13; un programa destinado a averiguar si las mujeres estaban igualmente preparadas para ir a la luna que los hombres.
Mercury 13 fue un episodio histórico que no puede caer en el olvido, y se erigió como una evidencia más de la condena que la mujer ha sufrido a lo largo de la historia por el mero hecho de ser mujer. Por ello, en Supercurioso queremos compartir su historia y las reflexiones que de ella pueden extraerse. ¿Nos acompañas?
Mercury 13, el programa que demostró la superioridad de las mujeres astronautas
1. El nacimiento de Mercury 13: Flickinger y Lovelace
Si bien es cierto que la primera mujer estadounidense en el espacio, Sally Ride, no lograría alcanzar dicho título hasta 1983 (más de dos décadas después de crearse la NASA y el programa Mercury 13), desde luego no fue la primera mujer de EEUU en intentarlo. Tal como comentábamos, entre 1959 y 1962 existió un grupo de mujeres conocido de forma informal como Mercury 13 que probaron los límites de la sociedad de la época en cuanto a igualdad de género se refiere. Como era lamentablemente obvio, nunca tuvieron ninguna oportunidad real de alcanzar la órbita.
La historia de las mujeres del Mercury 13 está íntimamente ligada a la de dos personas que, por supuesto, eran hombres: Donald Flickinger y Randolph Lovelace. Este último ayudó a la NASA a trazar su perfil del astronauta perfecto, basado en años de experiencia en pruebas médicas de pilotos. Pero en 1959, cuando se encontraba asistiendo a una convención de aviación en Miami (Florida), se encontró con Flickinger, y ambos se preguntaron cómo manearían las mujeres los nuevos proyectos en el espacio, si se les daba una oportunidad.
El general Flickinger sabía que los rusos estaban preparando a una mujer no piloto para ser llevada al espacio, y sabía que Estados Unidos tenía que actuar rápidamente si querían lanzar a una mujer al espacio antes que sus enemigos. En esta misma convención, conocieron a la primera mujer piloto de Aero Commander, Jerrie Cobb. Impresionados por su experiencia y por sus credenciales, Jerrie fue seleccionada para ser la primera mujer estadounidense en tomar las pruebas de astronauta, que superó con sorprendente éxito.
2. Ayudas financieras del Mercury 13 y mujeres seleccionadas
La famosa aviadora Jackie Cochran, amiga del Dr. Lovelace, apoyó generosamente las necesidades financieras para las próximas mujeres que formaran parte del Mercury 13 y participó en la selección. Veinticinco mujeres fueron contactadas, todas ellas menores de 35 años, con buena salud, educación universitaria, una calificación comercial o superior y un cúmulo de más de 2.000 horas en tiempo de vuelo.
Doce mujeres aviadoras fueron candidatas a la prueba bajo juramento de secreto para convertirse en Mercury 13. Sus nombres son: ‘K’ Cagle, Jerrie Cobb, Jan Dietrich, Marion Dietrich *, Wally Funk, Jane Hart, Jean Hixson, Gene Nora Jessen, Irene Leverton, Sarah Ratley, ‘B’ Steadman, Jerri Truhill y Rhea Woltman. Cobb, Funk y Woltman pasaron a la Fase II, Cobb y Funk completaron la Fase III. Sin embargo, a pesar de los excelentes resultados de las pruebas de cada una de ellas, estas mujeres talentosas nunca tuvieron la oportunidad de volar al espacio.
3. Mercury 13 ve la luz ante el mundo
No todas las candidatas de Mercury 13 se conocieron durante esos años. Sin embargo, en 1994, diez de las Mercury 13 se reunieron por primera vez gracias a un programa de la NBC, que contó su historia el 10 de febrero de 1995 para darse a conocer al mundo. Pero aquí no termina su repercusión televisiva.
En el 2018 Netflix lanzó un documental sobre ellas, con el fin de reflexionar acerca de su misión. Y es que los testimonios del documental son realmente valiosos, conmovedores e interesantes. Las protagonistas de este documental nos hablan al corazón, las sentirás cercanas, hermanas, maestras. Sentirás el dolor de que les hayan truncado a ellas (y a todas las mujeres por décadas) su oportunidad de convertirse en astronautas.
Esperamos que hayas disfrutado descubriendo el programa Mercury 13 si es que todavía desconocías su historia y, como siempre, te animamos a que nos dejes todas tus impresiones en la sección de comentarios. ¿Conocías el proyecto? ¿Qué opinas del rol que las mujeres desempeñan en la sociedad? ¿Has visto el documental? Escríbenos, te leeremos encantados.