Molly era un término de uso común durante la época georgiano-victoriana para describir un hombre afeminado u homosexual y las Molly Houses eran el nombre que se daba a las tabernas o habitaciones para los hombres a menudo vestidos de mujer, donde se participaba de los chismes y encuentros sexuales.
¿Y si eras un varón homosexual en el XVIII y el XIX? Las Molly Houses
Al igual que muchas sociedades hoy en día que castigan a los homosexuales, en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX no era diferente. La existencia de las Molly Houses no era un secreto para la sociedad georgiana-victoriana, todos sabían que existían. No obstante, saber que de algo no significa que lo apruebes, el simple hecho de asistir a una Molly House era suficiente para poner la propia vida en peligro, así que la discreción de los asistentes era de suma importancia, y habitual para los presentes.
Fuera de la intimidad de su propia casa, que rara vez era privada -especialmente si pertenecías a la clase privilegiada-, la Molly House era el único lugar donde un hombre homosexual, podía ser él mismo -liberándose, en algunos casos, de una forzada máscara de «macho»- y satisfacer sus fantasías en un ambiente relativamente seguro. Una vez en la Molly house, muchos de sus asistentes se ponían vestidos y encarnaban a un personaje femenino.
El juego de roles y los rituales de la feminidad jugaron un papel significativo en la actividad de Molly House y se celebraban bodas simuladas, con los votos incluidos, sólo que administrados por un sacerdote falso y con damas de honor masculinas. De este modo, la pareja podía consolidarse, aunque de un modo secreto y extraoficial, que jamás saldría de esas cuatro paredes. Una cama era entonces proporcionada, de manera que el matrimonio pudiera ser consumado.
Margaret Clap convirtió hizo un Molly House de su cafetería en Holborn, una zona de Londres que era lugar de encuentro para muchos homosexuales. Aunque se ha estimado que había hasta 40 Molly House en Londres en aquel momento, la de Margaret Clap siempre fue el más popular.
Parecería que la popularidad de esta derivaba de que ella no se limitó a dirigir su establecimiento con fines de lucro, sino que verdaderamente se preocupaba por sus clientes. Ella disfrutó de su compañía e incluso, en ocasiones, habló en defensa de los que habían sido detenidos por razones de indecencia o comportamiento lascivo. Se cree que muchos se referían a ella como a «la Madre», reflejando su naturaleza caritativa e integradora.
El 17 de febrero 1726, la Molly House de Margaret Clap fue allanada, y ella y 40 hombres fueron detenidos. La mayoría de ellos fueron puestos en libertad sin cargos por falta de pruebas, pero tres fueron declarados culpables de sodomía y condenados a la horca en Tyburn. Margaret Clap también fue condenada al cepo, a pagar una costosa multa y a dos años de prisión por mantener una casa lasciva y facilitar la sodomía.
Si Margaret lo hacía por dinero o por auténtico altruismo, quizá nunca lo sepamos, pero estamos seguros de que facilitó el amor entre personas que, de otro modo, jamás se habrían podido encontrar ni expresarse tal y como realmente eran.
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