Comprar, tirar, comprar, tirar… ¿Somos esclavos del consumismo? ¿O es que alguien mueve los hilos a nuestras espaldas para que no dejemos de comprar y comprar?  Seguro que te ha pasado en más de una ocasión: adquieres una televisión o un móvil y cuando llevas dos, tres años con ellos dejan de funcionar… así, de pronto, algo les ocurre, te decides a llevarlos a un servicio técnico y te das cuenta de que la reparación no te compensa en absoluto, que casi es mejor comprarlo de nuevo… ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué siempre estamos enfrascados en ese círculo vicioso sin fin donde jamás dejamos de echar mano de la tarjeta de crédito? Esta molesta realidad tiene nombre: la obsolescencia planificada. Hoy en Supercurioso navegamos en los misterios del mundo moderno, su industrialización y consumo, para contarte sobre qué es la obsolescencia programada.

¿Qué es la obsolescencia programada?

obsolescencia planificada

Hablar de qué es la obsolescencia programada es sumergirnos en el centro mismo de la era moderna, la industria manufacturera y los hábitos de consumo que nos han sido moldeados con pensadas estrategias de marketing. Llamamos obsolescencia planificada o programada a la vida útil de un producto o un servicio. Es decir, todos nuestros electrodomésticos, móviles, juguetes u objetos que tengan incluido algún tipo de dispositivo, tienen ya programado de antemano una vida útil que los fabricantes han definido previamente.

Todo ello responde, lo queramos o no, a una estrategia muy avispada por parte de las grandes empresas para decidir en qué momento dejará de funcionar un producto para obligar a los consumidores a adquirir un nuevo aspirador, una nueva nevera o un nuevo secador de pelo… Y es que todo está bien hilado por estas mentes empresarias que saben muy bien cuándo una batería dejará de funcionar, abocándonos a buscar en el mercado una nueva con la que conseguir que el producto siga formando parte de nosotros, descubriendo que casi nos es más rentable comprarlo nuevo que añadiéndole una batería nueva…

1. ¿Cuándo empezó la “conjura” de la obsolescencia planificada?

La obsolescencia planificada no es un fenómeno reciente. No es cosa de la empresa de la “manzana” o del multimillonario dueño de “Microsoft”, en absoluto… Ya en los años 20 se empezó a intuir que la producción y el consumo en masa depende de que los productos no duren para siempre. Si yo diseño un televisor que dura cuarenta años no conseguiré las ventas necesarias para mantener mi empresa, pero si diseño uno que dure cinco años, me aseguro de que los consumidores adquieran mi marca de televisión o cualquier otro de la competencia… así pues ¿Cómo no hacerlo, cómo no programar de antemano la muerte de ese producto?

2. El problema de la contaminación

¿Es que nadie ha pensado en ello? La finalidad de entender qué es la obsolescencia programada es la comprensión del origen del enriquecimiento y el mantenimiento de las empresas productivas. Pero nadie se ha detenido a pensar en qué camino corren todos esos productos caducados que se abocan a las afueras de nuestras ciudades y que por desgracia son altamente contaminantes… Se dice, por ejemplo, que en un día se generan 7.000.000.000 kg de desechos, de los cuales ni una milésima parte llegan a ser biodegradables. ¿Es una estafa? ¿Es un delito?

Los productos digitales son los objetos que mayor tráfico de venta y desecho tienen, son los que más consumimos. Forman parte de nosotros y también somos en parte responsables, porque la obsolescencia planificada también puede aplicarse a muchas otras cosas: dejamos de ponernos una pieza de ropa porque ya está pasada de moda, a veces cambiamos de electrodomésticos simplemente porque nos parecen anticuados y deseamos uno más sofisticado… ¿Entonces, somos todos responsables? ¿O somos víctimas de la manipulación y tentaciones que ponen ante nuestros ojos las grandes industrias?…

¿Cuáles son las estrategias de obsolescencia programada más comunes?

Qué es la obsolescencia programada

Cuando hablamos de qué es la obsolescencia programada, es necesario comprenderla desde su óptica más amplia. Es cierto que la industria manufacturera en sus diversos rubros necesita que los productos se hagan obsoletos cada cierto tiempo, para así mantener activo el ciclo de compra y venta. Pero es un proceso bastante más pensado y variado de lo que pensamos. Veamos a continuación cuáles son las principales estrategias de las que hacen mano las marcas para aplicar de forma exitosa este concepto.

  • La Obsolescencia de función: Se trata de incorporar nuevas funcionalidades, diseños o alternativas a un mismo producto, con el objeto de hacer sus nuevas versiones más atractivas ante los ojos de los consumidores.
  • La Obsolescencia de calidad: Otra de las estrategias comunes que materializan qué es la obsolescencia programada es la referida a la calidad. En este sentido encontramos dos factores vitales. En primer lugar, se diseña el producto de forma que las reparaciones resulten más costosas que la compra de un nuevo artículo. En segundo lugar, el fabricante introduce alguna pieza en el producto que aguantará solo durante el periodo de tiempo en el que esté vigente la garantía.
  • La Obsolescencia de deseo: Y por último, una de las estrategias más comunes para incentivar la obsolescencia planificada es el incentivo al deseo en su aspecto más consumista. Ocurre mucho con productos tecnológicos como los celulares, en los que apenas se hacen cambios en las funcionalidades, pero se enfocan los esfuerzos en despertar en el consumidor el deseo de poseer la novedad y la tendencia. También ejemplo común de esta estrategia son los movimientos en la industria de la moda.

Si bien al profundizar en qué es la obsolescencia programada nos encontramos con ventajas, como la activación del sistema económico, de la productividad industrial y la generación de nuevas y constantes fuentes de empleo, también nos topamos con otros factores que inclinan la balanza hacia lo negativo. En primer lugar se destaca la generación innecesaria, dañina y constante de residuos de distintos materiales, tanto reciclables como no reciclables. Ello sin duda impacta a la salud del medio ambiente, pues el manejo de enormes cantidades de desechos incide de forma directa en la contaminación. El consumo de agua, de energía eléctrica, materias primas y recursos naturales en general se suman a las generalidades de lo que la obsolescencia planificada genera en nuestro medio ambiente.

Y esto sin tener en consideración la manipulación que la maquinaria publicitaria ejerce sobre la ciudadanía, incentivando la creación de deseos y necesidades que realmente no se presentarían de forma natural. Productos costosos, gasto constante y una permanente necesidad de estar a la moda se cuentan entre las consecuencias sociales de la obsolescencia planificada. Si te ha interesado este tema y quieres aumentar tu conciencia al respecto, te dejamos con esta selección de las mejores frases para el cuidado del medio ambiente. Y es que de las acciones que emprendemos y mantenemos día a día, depende en gran medida el futuro de nuestro planeta.