La tragedia que sufrió una parte de la población de la Unión Soviética bajo la dictadura de Stalin, alcanza en ocasiones cotas inimaginables. Los seres humanos como individualidades no tenían valor, sino era como elementos productivos. Muchas personas fueron reubicadas en zonas y trabajos que no tenían nada que ver con su vida anterior. Sin embargo, la tragedia de Nazino, la Isla Caníbal, fue uno de los peores desastres. ¿Qué ocurrió en ella? Acompáñanos a conocerla.
Nazino, la Isla Caníbal
En 1988 se conoció gracias a la «Glasnost» la tragedia que ocurrió en la Isla Nazino. La antigua Unión Soviética investigó los hechos, pero no estuvo interesada en que fueran conocidos. Nazino es una isla fluvial pantanosa, situada a 2.400 km. al norte de Moscú, que tiene aproximadamente 3 km de largo y 600 metros de ancho. En ella no hay nada. Ningún lugar en el que cobijarse, no se cultiva nada y ni siquiera hay animales que cazar.
El gobierno de la Unión Soviética dirigido por Stalin deportó a Siberia a un gran número de personas con diversas finalidades. En 1933 se estableció un plan para poblar determinadas zonas siberianas, pero finalmente se desechó. Lamentablemente un grupo de aproximadamente 6.000 personas ya habían partido y en mayo de ese año llegaron a la Isla Nazino quedando retenidos y vigilados a la espera de nuevas instrucciones.
Según los informes, un total de 6.700 «elementos obsoletos» llegaron a la isla Nazino provenientes en su mayoría de Leningrado y Moscú vía Tomsk, en dos turnos. Eran, salvo algunos delincuentes, personas desempleadas, antiguos campesinos poseedores de tierras, personas indocumentadas o que no interesaba que permanecieran en las ciudades demasiado habitadas. La gran mayoría eran hombres, pero también habían 322 mujeres y algunos niños. Fueron abandonados por sus guardianes en la isla sin cobijo ni alimento durante 4 días. A pesar de ser primavera, la primera noche nevó y 295 personas murieron.
A los 4 días, los guardias llevaron harina a la isla, pero como no había con que amasarla u hornear el pan, los deportados la comían mezclada con agua fría, lo que les provocó disentería. Para recoger la harina había verdaderas batallas y estampidas en las que también murió gente. No tenían herramientas, ni mantas, ni cobijo, ni alimentos ni nada. Los que intentaban huir eran abatidos a balazos por los guardias desde las orillas y los que no morían por los disparos lo hacían ahogados o por hipotermia en el río.
Cuando un reducido grupo de sanitarios llegaron semanas después a la isla vieron claras señales de canibalismo en los cadáveres que encontraron. Algunos de los relatos de los supervivientes son estremecedores. Comían las partes blandas de los cadáveres y también de personas vivas que capturaban. Existe el testimonio estremecedor de un guardia que no pudo proteger a una deportada, de la que se había enamorado un compañero, y vio como era devorada trozo a trozo por algunos de los prisioneros.
Al cabo de 13 semanas en la isla únicamente quedaban con vida 2.200 personas de los 6.700. De estos supervivientes, la mitad estaban enfermos y murieron al poco tiempo, otros se encontraban en un estado deplorable, por lo que, los supervisores informaron que únicamente entre 200 y 300 estaban en condiciones de realizar algún tipo de trabajo.
Esta fue una de las más terribles tragedias que padecieron los habitantes de la antigua U.R.S.S. en la época de las deportaciones masivas a Siberia.
Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer el post:
– Los 5 peores asesinos de la historia (Parte II)
Imagen: NordNordWest