En los últimos 300 años se han registrado aproximadamente 200 informes de presuntas combustiones espontáneas. La comunidad científica no se pone de acuerdo sobre este fenómeno. La explicación más frecuente es el efecto mecha del que ya os hablamos en el artículo sobre La extraordinaria combustión espontánea de Cornelia Zangari. En esta ocasión os traemos el controvertido caso de Nicolle Millet, ¿asesinada por su esposo o combustión espontánea?
Nicolle Millet, ¿asesinada por su esposo o combustión espontánea?
Para conocer los hechos tal como se explican en varios documentos hemos de remontarnos al 20 de febrero de 1725. En la ciudad francesa de Reims vivía un matrimonio de cierta edad, apellidado Millet. A las 8 de la tarde del día 19, la pareja se fue a dormir como hacían normalmente, pero a media noche la señora Millet se levantó y se fue a la cocina ya que no podía dormir. Unas horas después el marido se despertó al notar un extraño olor acre que se colaba en la habitación. Fue hacia la cocina y encontró el cuerpo quemado de su esposa sentado en una silla que prácticamente no había sufrido daño alguno.
El señor Millet dio aviso a la guardia y éstos cuando llegaron al domicilio lo detuvieron por el asesinato de su esposa. No cabía otra explicación; la había matado y luego quemado el cadáver para que no hubiesen pruebas en su contra. Además, se consideró que había cometido el delito para poder entablar relaciones con una muchacha joven que había sido contratada para trabajar en la casa.
De la señora Nicolle Millet, no quedaron más que un montón de cenizas y una parte de la cabeza, las extremidades inferiores y un trozo de intestino sin quemar. El cuerpo estaba a medio metro de la chimenea de la cocina y los objetos a su alrededor no presentaban ningún signo de combustión.
El marido fue juzgado por asesinato y su abogado hizo declarar a un joven cirujano muy conocido en la época. Se trataba de Claude-Nicolas Le Cat [ 1700-1768], que fue un famoso médico, cirujano y urólogo francés. Le Cat declaró a favor del acusado, ya que sus observaciones y el hecho de que la señora Millet fuera una bebedora empedernida le hacían pensar que había sido víctima de una «combustión espontánea». Las tesis de Le Cat, hombre educado, inteligente y buen argumentador en defensa de la existencia de la combustión espontanea convencieron al tribunal que finalmente declaró inocente al señor Millet. Lamentablemente el hombre, que era ya mayor, con tanto estrés enfermó y fue ingresado en el hospital del que ya no volvió a salir con vida.
¿Qué te parece la historia? ¿Crees que es posible la combustión espontánea o que el Sr. Millet asesinó a su esposa y se libró aduciendo este fenómeno?
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