La obesidad es una enfermedad con carácter de pandemia, hay numerosísimos tratamientos para lograr perder peso, desde las dietas en las que no comes prácticamente nada hasta costosas y arriesgadas intervenciones quirúrgicas que, por sí solas, no resuelven el problema.
Parece que han descubierto “de carambola” (como han ocurrido muchos descubrimientos y avances científicos, hay que decirlo) algo muy novedoso para combatir el exceso de peso. ¿Nos acompañas?
No es broma: píldoras de “heces” contra la obesidad
Desde hace algún tiempo se practican trasplantes fecales para tratar eficazmente infecciones bacterianas producidas por Clostridium difficile, que cada año, sólo en EE.UU. se infectan con ella al menos 500.000 personas. No, no es caca lo que se coloca en el intestino enfermo, son las bacterias fecales “buenas” que se encargarán de restaurar el equilibrio intestinal.
Los científicos han estado investigando con ratones, y hace algunos años analizaron parejas de ratones gemelos discordantes en obesidad, es decir, uno era delgado y el otro tenía sobrepeso.
Se le dieron los microbios intestinales “limpios” (libres de gérmenes) de los ratones gordos a los delgados, y observaron asombrados que estos últimos ganaban peso y grasa, cambiando así su metabolismo.
Pero aún hay más: a comienzos de 2015 se reportó un caso en donde una señora a la que se le había practicado un trasplante fecal tuvo como “daño colateral” aumento de peso. Su hija fue la donante, y para el momento de la operación, y a pesar de que estaba en el límite normal en términos de índice de masa corporal, la chica tenía tendencia al sobrepeso.
La operación fue un éxito, pues la paciente padecía una recurrente infección bacteriana, pero comenzó a engordar después. Aunque no pudieron confirmar a rajatabla que las heces de la hija fueron las culpables, el equipo llegó a la conclusión de que parte de la responsabilidad se debió al trasplante.
En vista de todas estas cosas, la doctora Elaine Yu, del Hospital General de Massachusetts, lidera un ensayo clínico que comenzará en marzo de este año, y se prevé reclutar alrededor de 20 participantes obesos que tomarán pastillas de “heces” de donantes delgados, y placebos. Naturalmente, las heces –bacterias fecales– serán liofilizadas y luego envasadas en cápsulas de gel, con cobertura triple para que se disuelvan sólo al llegar a los intestinos.
Durante el experimento, que durará aproximadamente 3 meses, los científicos recabarán todo tipo de información y documentarán cambios en el peso y otras medidas secundarias, como la composición corporal y la resistencia a la insulina, asociada esta última a la obesidad.
También, y como es lógico, el equipo recogerá muestras de heces y comparará cualquier alteración en su composición microbiana, pues ya se ha descubierto que algunas especies de bacterias están implicadas en la obesidad.
Será interesante conocer las conclusiones de este ensayo, y ver si en verdad ayudará a combatir la obesidad, ¿te apuntarías?
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