Jim Carrey protagonizó una película, «Liar Liar» («Mentiroso compulsivo», en España), en la que constantemente mentía hasta que un deseo de su hijo le obligó a decir siempre la verdad. Pero, ¿qué ocurriría si sucediese todo lo contrario? ¿Y si no pudieses dejar de mentir?
El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad – Aristóteles
¿Qué ocurre cuando no puedes dejar de mentir? La increíble historia de Jean-Claude Romand
Jean-Claude Romand era un hombre alemán que ya desde pequeño mostraba una actitud solitaria y retraída. A pesar de esto, era un joven que destacaba con sus notas y que llegó a matricularse en la Universidad de Medicina. No obstante, en su segundo año de carrera se quedó dormido y no pudo llegar a un examen que resultaba eliminatorio. Además, Florence, su pareja, decidió romper con él por esta época. Todos estos hechos desafortunados lo marcaron profundamente.
Jean se encerró en su habitación del campus universitario, empezó a no asistir a sus clases y a consumir televisión y comida basura. Su actividad sedentaria lo hizo engordar hasta 20 kilos. Aún así, continuó matriculándose año tras año en el segundo curso de medicina.
Entre 1975 y 1986 presentó certificados médicos falsos que justificaban su faltas a clase. Jean iba a la universidad, pero nunca entraba en clase y estudiaba las asignaturas de su carrera para mantener conversaciones con sus compañeros sin levantar sospechas. Por esta época, retomó su relación con Florence.
Con todo esto, los familiares de Jean fueron informados por este de que había terminado ya la carrera y que había recibido una beca para trabajar en la sede de la OMS en Ginebra. Bajo este cúmulo de mentiras Jean se casó con Florence y tuvo dos hijos.
Jean mantuvo a todos los seres que le querían sumergidos en una terrible mentira. Iba a trabajar, pero en vez de eso deambulaba por bosques y bares. Asimismo, estudiaba libros para mantener las mentiras sobre su empleo. En realidad, mentir se convirtió en su verdadero trabajo.
Una vida llena de mentiras
Pero… ¿cómo podía mantener a su mujer y a sus hijos? Mediante estafas a amigos y familiares en las que les ofrecía un plan de inversiones con alta rentabilidad. También, vendía medicinas oncológicas en supuesta fase de experimentación. Esto le permitía mantenerse económicamente muy bien.
El gran problema surgió cuando todos empezaron a pedirle explicaciones o solicitaban parte del dinero invertido en los supuestos planes de inversiones. Es así como el padre de Florence muere en extrañas circunstancias cayéndose por unas escaleras cuando mantenía una conversación con Jean sobre el dinero.
Por esta época, Jean se enamora de Corinne, una mujer con la que consigue tener una relación a base de mentiras y amenazas de suicidio. Pero ella, víctima también de su estafa, empieza a demandar sus beneficios. Con esto y la presión que tenía por parte de su esposa Florence que empezaba a sospechar algo, intenta poner fin a su doble vida.
Primero, intentó matar a Corinne, pero esta le convenció para que no la matase. Sin embargo, cuando llegó a su casa sí mató a Florence y a sus dos hijos, aunque esto no quedó así. Como cada semana, se fue a casa de sus padres a comer y allí también los mató. Tras estas muertes ingirió varios barbitúricos y prendió fuego a la casa. Pero, la rápida acción de los bomberos le hizo salir con vida.
Cuando Jean despertó de su coma reconoció todas y cada una de sus mentiras. Fue diagnosticado, con dificultades, con el Trastorno Narcisista de la Personalidad, aunque no fue un diagnóstico definitivo. Lo que sí estaba claro, es que Jean era un mentiroso patológico que logró mantener una mentira que fue creciendo a lo largo de los años. Una actitud que lo llevó a matar hasta a sus seres queridos cuando se dio cuenta de que sus mentiras no tenían salida.
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