Las exposiciones caninas son una fuente de polémica constante. Hay tantos partidarios como detractores. Unos afirman que en última instancia representa un mal trato hacia los animales, ya que para conseguir la perfección racial los abocan a problemas de salud derivados de la eugenesia. Los otros creen que nadie quiere más a sus animales, que son su orgullo y que lo único que hacen es mostrar su perfección ante el mundo. Pero, ¿de dónde surgió la idea de este tipo de exhibiciones? Acompáñanos a conocer el origen victoriano de las controvertidas exposiciones caninas.
El origen victoriano de las exposiciones caninas
La primera exposición canina que puede considerarse como tal fue una atracción que en junio de 1859 se añadió a la exposición de ganado que se celebraba anualmente en Newcastle-upon-Tyne. En ella únicamente se exhibieron razas deportivas y los premios fueron «armas de fuego». Nada hacía prever en lo que se convertiría estos shows y lo que representaría para la cría canina.
Meses después en Birmingham se convocó la primera exposición canina en la que se incluyeron razas no deportivas. El evento tuvo tanto éxito que a finales de siglo, ya se había convertido en uno de los pasatiempos más populares entre todas las clases sociales. Este hecho cambió fundamentalmente la consideración que los canes tenían en los hogares; pasaron de ser animales que tenían una utilidad, a ser una muestra de orgullo y de categoría social. Tener un perro de exhibición era algo no sólo moderno, sino respetable.
En 1862 tuvo lugar la primera exhibición en Londres y en 1863 el evento ya duró una semana atrayendo a más de 100.000 visitantes, entre ellos el propio príncipe de Gales. Se crearon clubes especializados en razas determinadas y se empezó a valorar el pedigrí de los ejemplares exhibidos. Las exposiciones caninas se convirtieron en un negocio muy lucrativo. En 1873 se fundó el primer Kennel club a fin de garantizar el orden en las exhibiciones caninas y seleccionar y fijar los estándares para las razas.
Una de las primeras controversias que surgieron en torno a las exposiciones caninas fue la integridad de los jueces en el momento de emitir sus calificaciones y la segunda las trampas que realizaban los concursantes con los animales que presentaban. Estas iban desde el recorte de las orejas hasta la sustitución de ejemplares o el tintado de algunas partes del animal. También recibieron críticas de los propietarios de perros deportivos ya que los criadores primaban las hechuras perfectas sobre la inteligencia, la resistencia o el olfato del animal. Por último se cuestionaron las condiciones higiénicas y de seguridad de los lugares de exhibición así como el trato que recibían algunos canes.
Desde la Gran Bretaña victoriana las exposiciones caninas se extendieron por todo el mundo hasta nuestros días. Sin embargo, nunca han estado exentas de polémica, ¿qué opinas de ellas? ¿Te parece natural tratar de conseguir el «ejemplar perfecto» aunque sea a costa de la salud de los animales?
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