Corazonadas, intuiciones, barruntos, presentimientos… sensaciones inexplicables que nos asaltan de pronto para indicarnos algo en concreto: «no te fíes de esa persona», «elige el camino de la izquierda», «toma esa opción y tendrás éxito»…¿Quién no los ha tenido alguna vez? Es algo inherente al ser humano, algo característico de nuestra especie que, curiosamente, parece no estar muy aceptado. Carece de lógica y de ciencia, lo sabemos, sin embargo, hemos de decirte que son muchos los psicólogos y psiquiatras que nos advierten de su base racional. Dejarse llevar por una «corazonada» no es una locura, sino algo acertado. Te explicamos por qué.

Las corazonadas disponen de una base racional

El cerebro es una maquinaria tan fascinante como desconocida para nosotros mismos. Hace poco te contábamos unas cuántas curiosidades sobre él, pero a pesar de que día a día los expertos nos van desvelando más y más piezas de ese puzzle que lo conforma, son muchos los recovecos que aún carecen de una explicación completa.

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El tema de las corazonadas fue un aspecto estudiado durante bastante tiempo, pero asociado casi siempre al tema del inconsciente y del plano emocional. Al valorarse como «emociones», carecía por tanto de una base «racional». Pero en los últimos años y como ya sabes, ha aumentado el respeto por la llamada «Inteligencia Emocional», la cual nos explica que las personas, somos básicamente emociones. Puras emociones a veces caóticas que no logramos dominar.

Pero volvamos al tema de las corazonadas. Los psiquiatras nos explican que estas intuiciones repentinas en el ser humano tienen muy poco de mágico o de espiritual. No es que tengamos «un don» especial que nos advierte de las cosas, sino que disponemos de un canal rápido de procesar la información mediante dichas intuiciones. Para entenderlo mejor vamos a ponerte un sencillo ejemplo:

Conoces a una persona. Un chico o una chica que te atrae. Te resulta muy atractivo/a y te acercas para entablar una conversación. Hasta aquí todo normal, pero a medida que la vas conociendo mejor hay algo dentro de ti que te dice que es mejor alejarte y no relacionarte con él o ella. No establecer por nada del mundo una relación afectiva. Tienes «la corazonada» de que no te conviene y que es mejor olvidarla. ¿Te ha ocurrido alguna vez? Seguro que sí.

¿Se trata quizá de un presentimiento sobrenatural? En absoluto. Expertos como Malcolm Gladwell, autor de un libro sobre «Inteligencia Intuitiva», nos explica que esas corazonadas están relacionadas con nuestra personalidad y con nuestras experiencias anteriores. No es que «un ente invisible» te susurre al oído esas cosas, sino que eres tú mismo quién, según tu personalidad y lo que te haya ocurrido en el pasado, te digas a ti mismo: «olvida a esa persona porque te va a hacer infeliz, porque ya te ha pasado antes, porque sabes que esa persona no te va a tu forma de ser».

Las corazonadas son pues un tipo de valoración rápida, rapidísima e instantánea. Las personas que por el contrario, se guían más por las largas deducciones racionales y por «pensarse más las cosas», son más lentas a la hora de procesar la información, requieren más datos y son algo más inseguras a la hora de tomar decisiones. Es decir, por un lado tendríamos a las personas más intuitivas y por otro lado, a las racionales.

Es cuestión de carácter. Puede que tú también tengas corazonadas pero no te fíes de ellas y prefieras ser más cauto, más prudente. O por el contrario, es posible que seas de los intuitivos, de los que se dejan llevar de inmediato por eso que llaman «instinto». Lo sientes y lo haces.

Pero ¿qué tipo de pensamiento es el más adecuado? ¿Es mejor hacer caso de las corazonadas, o es quizá más indicado el pensarnos detenidamente las cosas? los psicólogos nos dicen que es mejor mantener un equilibrio. Debemos hacer caso de nuestras corazonadas porque forman parte de nuestra personalidad, pero no podemos actuar al instante sin pensarnos un poco las cosas. No debemos precipitarnos.

Pero ahora bien, también cabe decir que en nuestra actualidad, y en el rápido modo de vida en el que nos encontramos envueltos, se utilizan casi constantemente las corazonadas. Puede que nos asuste un poco, pero son muchos los trabajos que no requieren de tiempo para tomar decisiones. Los agentes de bolsa, por ejemplo, se dejan llevar por la intuición. En solo unos pocos segundos eligen si vender o comprar… es puro instinto. Aunque a veces, como ya sabes, nos llevan al desastre.

Y tú ¿Eres más intuitivo o más racional?