Sí, amamos el picante. Bueno, no todos, pero muchos de nosotros amamos el picante. De hecho hay culturas que han rodeado su gastronomía de este particular sabor. Es el caso, por ejemplo, de los platos típicos de Guatemala, por no mencionar la comida de la India y otros rincones del mundo que han sabido combinar lo picante con sus sabores típicos. Pero, ¿por qué nos gusta el picante? No se trata de una pregunta baladí, y es que entre todas las especies animales el ser humano es el único que tiene un gusto por este particular sabor. ¿Por qué? Pues bien, en Supercurioso nos hemos puesto a investigar al respecto y hemos decidido hacer este artículo para traerte la respuesta. ¿Eres de aquellos que no pueden dejar de echarle un buen picante a su comida? ¿O por el contrario eres de los que no aprecian ni un poco este sabor? Vamos a descubrir la razón.
¿Por qué nos gusta el picante?
El picante es fundamental para muchas culturas y, de hecho, hay muchos beneficios científicamente probados de la comida picante. No obstante, otro de los hechos que los científicos han descubierto en torno a la comida picante es que los seres humanos somos la única especie que ha adquirido el gusto por este tipo de alimentos. Pero, ¿por qué los humanos han desarrollado el gusto por el picante? Y, ¿por qué algunas personas son más tolerantes y tienen mayor gusto por el picante que otras? En esencia, ¿por qué nos gusta el picante? Pues la respuesta a estar preguntas, según los científicos, parece estar bastante ligada a la personalidad.
1. El gusto por el picante depende de nuestra personalidad
Según se puede deducir de un trabajo realizado por la Universidad de Pensilvania y dado a conocer en una de las reuniones anuales que lleva a cabo el Instituto de Tecnólogos de los Alimentos (IFT, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, el gusto por el picante está profundamente ligado a la personalidad de cada individuo. De entrada, estos científicos se abocaron a descubrir por qué nos gusta el picante, y los resultados que obtuvieron los sorprendieron.
En esencia, lo que estos investigadores descubrieron es que había una relación directamente proporcional entre personalidad y el gusto por el picante. Según el estudio, aquellos individuos cuya personalidad mostraba un claro gusto por la novedad, las emociones fuertes y cierta predisposición a correr riesgos y lanzarse a la aventura, eran también quienes más placer sentían por el picante, sobre todo en grandes dosis. Siguiendo esta misma línea, los científicos descubrieron que aquellos individuos con una personalidad más tranquila solían presentar rechazo a la comida picante, o al menos cuando los niveles de picante eran muy altos. De hecho, quienes formaron parte del grupo investigado solo llegaban a soportar pequeñas dosis de picante antes de sentir una intensa y desagradable sensación de ardor en la boca.
2. ¿Por qué nos gusta el picante? Placer y dolor
El gusto por el picante depende de nuestra personalidad, o al menos eso dedujeron los científicos. Sin embargo, esto no parece resolver del todo el problema acerca de por qué nos gusta el picante. Y es que el picante es, en esencia, una cuestión extraña: hace que nos arda la boca, que nos quejemos e incluso, muchas veces, que soltemos algunas lágrimas, pese a lo cual a muchos de nosotros nos encanta este sabor. Pues bien, para ahondar un poco más en el tema vamos a ver qué pasa con nuestro cuerpo cuando consumimos picante.
Una vez nuestra lengua hace contacto con el picante lo primero que sentimos es un profundo ardor generado por la capsaicina, uno de los compuestos que contiene el chile. Para hacer este dolor más llevadero, el cerebro reacciona liberando endorfinas, lo que hace que sintamos una curiosa mezcla entre placer y dolor. Por esto mismo muchas personas se hacen adictas al picante, y buscan aumentar los niveles de ardor con un picante cada vez más fuerte, pues mientras mayor es el ardor de la boca y el dolor que percibe nuestro cerebro, pues mayor es la cantidad de endorfinas que libera y mayor es también, por lo tanto, el nivel de placer que sentimos. Entonces, ¿ya sabes por qué nos gusta el picante? Espera, todavía hay otra razón.
Ya hemos dicho lo esencia. No obstante, hay otra razón por la que el picante nos resulta sumamente placentero. Y es que el placer que viven quienes prueban el picante no solo se debe a las endorfinas que libera nuestro cerebro, sino a una sensación de alivio que va un poco más allá de eso y para entenderlo tendremos que recurrir a una situación hipotética: imagina que vas en un carro a toda velocidad y de pronto ves a otro vehículo acercarse en tu dirección también a toda velocidad. La colisión parece inminente, no hay espacios para los dos en la vía y la única conclusión que sacamos es que estamos a punto de estrellarnos. No obstante, en el último momento conseguimos evadir la colisión, salimos sanos y salvos y esto nos genera un gran alivio, alivio que se traduce en placer.
Pues bien, para nuestro cerebro comer picante es un poco como eso, ya que en el momento en el que probamos el picante nuestro cerebro interpreta que algo malo está pasando. Su primera reacción es liberar endorfinas, pero si la situación fuera realmente amenazante esto no sería más que un paliativo. Por suerte, no estamos frente a un verdadero peligro y cuando nuestro cerebro se da cuenta de ello lo que sentimos es un profundo alivio que, como te dijimos más arriba, se traduce en placer. Es complejo, ¿no? Pero ahora ya sabes por qué nos gusta el picante.
¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre por qué nos gusta el picante? ¿Te imaginabas que habían tantos factores involucrados? Y a ti, ¿te gusta el picante? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!