En la era de la rapidez, mensajería instantánea, redes sociales y citas cibernética nos acostumbramos mantener nuestra mente siempre alerta y en actividad, pero ¿es posible que estemos desechando en el aburrimiento una herramienta útil?
¿Cómo puede el aburrimiento ayudarte a ser más creativo?
Existen evidencias de que el aburrimiento, de hecho, es beneficioso. De acuerdo a un par de estudios científicos recientes, el tedio es una experiencia significativa que nos puede conducir a momentos de reflexión profunda y creatividad.
En el primer experimento, los científicos pidieron a los treinta participantes que copiaran los números de la guía telefónica durante 15 minutos y al finalizar, les pidieron que pensaran diferentes usos que se les pueden dar a un par de tazas.
En este ejercicio, los investigadores observaron que los sujetos aburridos presentaron más ideas que aquellos en el grupo de control con sujetos no aburridos.
El segundo estudio consistió en una prueba de asociación de palabras. Sin embargo, a un grupo de participantes se les obligó a observar una imagen inmóvil por un largo periodo de tiempo. Estos últimos lograron presentar mayor cantidad de respuestas que quienes no habían estado aburridos.
Estos experimentos demuestran que una mente inquieta es capaz de incitar creatividad. «El aburrimiento se convierte en un estado de búsqueda», explica la psicóloga encargada de los estudios, de la Universidad Texas A&M Heather Lench.
Sandi Mann, psicólogo de la Universidad de Lancashire Central del Reino Unido y autora de las investigaciones, opina que el aburrimiento no debe visto como algo que se debe eliminar, sino como una vía para potenciar la creatividad.
Otra investigadora que ha coincidido con esta teoría es Teresa Belton, de la Universidad de Educación y Aprendizaje Permanente de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido.
Belton conversó la escritora Meera Syal y con el artista Grayson Perry para determinar cómo el aburrimiento influyó en sus procesos creativos.
Sobre Syal, Belton comenta:
«El aburrimiento se asocia con frecuencia a la soledad y Syal pasó horas de su vida, durante su infancia, mirando a través de la ventana por campos y bosques, viendo el cambio de clima y las estaciones. Pero lo más importante es que el aburrimiento la hizo escribir. Llevaba un diario desde que era muy joven, lo llenó con sus observaciones, cuentos, poemas y diatribas. Y ella atribuye a estos inicios el que se convirtiera más tarde en una escritora».
Sin embargo, una preocupación que plaga a los científicos es que el uso de smartphones, tablets y demás aparatos electrónicos está impidiendo que las personas experimenten esos momentos de tedio.
Según Mann, esto puede ser comparable con consumir comida chatarra, en el sentido de que puede llenarte pero no te alimenta, al igual que pasar el tiempo revisando las redes sociales o con algún juego en línea puede entretener por un rato, pero cierra el camino hacia el pensamiento profundo.
No obstante, no existe solo una clase de aburrimiento. Tenemos uno bueno, que promueve el pensamiento crítico y la creatividad y por otro lado, tenemos uno negativo, llamado aburrimiento letárgico por los especialistas, que te hace sentir sin ánimo de hacer nada.
La clave es entonces diferenciar entre estas dos clases de aburrimiento e identificar los momentos en que podemos sacarle provecho. ¿Estás dispuesto a aburrirte un poco?
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