En Supercurioso te hablamos una vez del hombre más afortunado del mundo. En esta ocasión queremos hablarte de un caso muy curioso cuya protagonista es Zoe Turner, una chica de 21 años que decidió salir de fiesta con un vestido rojo tremendamente ajustado.
Una curiosa elección que salvó su vida
13 de Diciembre. Zoe Turner, 21 años, decide acudir a la cena de Navidad de empresa de su madre con un vestido rojo realmente prieto. Una prenda que había comprado por unas £35.
Poco después se encontró con unos amigos, con quienes pasó la noche. A las 2:55, ya en 14 de Diciembre, se suben a un taxi para volver a casa. Zoe y el conductor del vehículo llevan puesto el cinturón de seguridad, pero los 3 amigos que van detrás no se lo atan. ¿Qué ocurrió entonces? Un camión hormigonera arrolló el taxi provocando un terrible accidente.
Tras el impacto, el vehículo quedó en situación de siniestro total.
¿Qué pasó con Zoe, el taxista y sus amigos?
El conductor del vehículo atravesó el cristal del coche con la cabeza y los 3 amigos de Zoe quedaron inconscientes en el sillón de atrás. Todos estaban gravemente heridos.
Los servicios de emergencias no tardaron en llegar. Zoe tenía la pelvis y una vértebra fracturadas y el esternón roto. Cuando despertó estaba convencida de que todos sus amigos estaban muertos. No obstante, el médico entró y le comunicó que sus compañeros, aunque graves, tenían muchas posibilidades de sobrevivir al accidente (y lo hicieron). El doctor quiso informar de algo más a Zoe, algo que tenía que ver con su vestido -una prenda que había sido muy difícil retirarle-.
Si Zoe no hubiera llevado un vestido tan sumamente prieto no hubiera sobrevivido al accidente. La compresión que ejercía el vestido mantuvo los huesos en su sitio durante el impacto. Sin esta ayuda los huesos se habrían movido y roto, perforando los órganos vitales de Zoe.
Seguidamente un vídeo que, aunque en inglés, cuenta la historia de Zoe y muestra algunas fotografías de nuestra protagonista, su vestido y su paso por el hospital.
Es increíble como un elemento tan simple y quizá absurdo como un vestido pueda convertirse en algo clave para la supervivencia de una persona. Un caso curioso de fortuna que nos deja atónitos.
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