Son pocas las ocasiones en las que se siente que es verano tanto como cuando se reconoce el olorcillo de la hierba recién cortada. Las personas asocian este hecho con que las buenas temperaturas se van a quedar un tiempecito, pero para las plantas este olor no significa cosas demasiado agradables.
Química y «gritos de auxilio»
El olor que se relaciona con la hierba recién cortada, en realidad es una llamada de socorro usada por las plantas para pedir a los seres más cercanos que la ayuden en una situación de crisis.
Para poder protegerse, las plantas usan las moléculas como respuestas. Estas reacciones químicas pueden ser usadas para intoxicar a un enemigo, alertar a las plantas de alrededor o atraer insectos, cosas que son muy útiles cuando llega el momento de desempeñar la función protectora de las plantas. Las plantas encargadas de producir cafeína, por ejemplo, a menudo usan la química para defenderse.
Las plantas pueden comunicarse
También existen evidencias de que las plantas puede comunicarse con otros seres, eso confirma una investigación llevada a cabo en la Universidad de Missouri-Columbia, en la que se encontró que las plantas pueden comprender y responder a los sonidos que hacen la orugas que están comiendo en ellas.
De forma que, tan pronto como la planta escucha algún sonido, responde con mecanismos de defensa.
Si necesitas comunicarte, entonces, ¿sientes dolor?
Para algunos estudiosos, la evidencia de estos sistemas complejos de comunicación, es prueba suficiente para constatar que las plantas sienten dolor. Sin embargo, otros investigadores resaltan que no es posible que las plantas puedan sentir dolor, ya que no cuentan con un cerebro que identifique las sensaciones. Por último, otros estudios señalan que las plantas están capacitadas mostrar un comportamiento inteligente sin necesitar ni tener un cerebro o conciencia.
Como sabemos, mientras crecen las plantas pueden modificar la dirección en la que lo hacen para impedir tropezarse con obstáculos. Esa capacidad existe gracias a una red compleja biológicamente que se expande entre las raíces de las plantas y sus tallos. Este sistema de ayuda a las plantas les permite crecer y sobrevivir en el medio. Un ejemplo muy sorprendente de lo que permite esta red es que los árboles pueden comunicarse a través de esta red con otros árboles, para advertir del peligro de insectos.
Conociendo los anteriores datos, ¿qué teoría apoyas tú? ¿Sienten dolor o no? Por el momento parece que la ciencia se decanta más hacia el sí. ¡Comparte tu opinión con nosotros!
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