Como hemos dicho en más de una ocasión, la naturaleza a menudo nos sorprende de la manera más terrorífica que sabe. Una de esas maneras es, sin lugar a dudas, las erupciones de algunos volcanes, uno de los acontecimientos más impresionantes y temibles que nuestro planeta puede ofrecernos. La erupción de un volcán es terrible, sofocante, ruidosa y además suele cubrir todo el terreno a su alrededor de una densa y espesa niebla acompañada de ceniza que puede incluso durar varias semanas. Pueden también ir acompañadas de algún relámpago volcánico, lo que puede añadir unos cuantos fuegos artificiales eléctricos y un gran extra de ruido a todo un espectáculo, de por sí, ostentoso.
Atrapando un relámpago volcánico
Los científicos, hasta la fecha, aún sabiendo de su existencia, no habían conseguido escuchar nunca un relámpago volcánico debido a los propios estruendos del hacía el volcán. Pero finalmente, en marzo de 2018, el equipo de investigadores dirigido por Matthew Haney del US Geological Survey consiguió registrar un auténtico y terrorífico trueno volcánico. Aunque es algo que científicamente se considera una autentico éxito, la grabación no resulta tan impresionante como cabría esperar.
Los investigadores registraron la erupción del volcán Bogoslof, situado en las Islas Aleutianas de Alaska. Fue un evento mundialmente conocido por las consecuencias que tuvo: nubes de cenizas masivas que provocaron un grave problema en toda la zona aérea del territorio. Además, fue difícil el acceso a él ya que el volcán Bogoslof está, en su mayor parte, bajo el agua, así que se complicó su acceso.
Debido principalmente a esa dificultad de acceso, el equipo de investigadores de Haney tuvo que hacer el registro a unos 60 kilómetros de distancia. El hecho de que, a pesar de la distancia a la que se encontraba el equipo, se pudiera registrar este relámpago volcánico es una prueba más de la fuerza y el poder de estos acontecimientos naturales.
La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo estaban tan seguros de que ese estruendo procedía de un relámpago volcánico y no de los propios ruidos de un volcán en erupción? En primer lugar, sus grabaciones fueron verificadas con mapas de relámpagos volcánicos en la zona para poder descifrar el momento exacto. Se percataron de que estos ruidos eran muy diferentes y además procedían de una dirección ligeramente diferente a la de la erupción. Tuvieron lugar 6 veces diferentes, con un intervalo de tres minutos después del punto máximo del rayo. Así que los investigadores concluyeron que se trataba “casi con total seguridad” de un trueno causado por ese mismo rayo.
Aprender a escuchar
Para poder detectar un rayo volcánico y aislarlo de cualquier otro sonido que podamos escuchar, es importante saber cómo ocurre el rayo volcánico. Este fenómeno es relativamente nuevo ya que hasta hace más bien poco tiempo se desconocía por completo como se producía este fenómeno, realmente los científicos no fueron capaces de detectarlo hasta el año 2016. Escúchalo, aunque nos imaginábamos un gran estruendo, sea por la distancia o no, son más bien golpecitos y chasquidos. El temblor que oirás es el propio volcán. De todos modos, aunque no es demasiado intenso, sí permite valorar el gran poder de la naturaleza.
Así es como se produce un trueno volcánico
A medida que la ceniza entra en erupción desde la boca del volcán y se eleva, las partículas diminutas de cenizas se van frotando unas con otras acumulando, de esta manera, una gran cantidad de energía estática, que es lo que forma el rayo. La variedad en la intensidad del rayo es lo que les dirá a los científicos como de grande es la concentración de ceniza y por lo tanto cual es la magnitud de la erupción de ese volcán y como de peligrosa podría resultar. Este descubrimiento es importantísimo ya que nos dará la capacidad, a partir de la medición de truenos y relámpagos volcánicos, de medir con más precisión la intensidad y consecuencias de una erupción volcánica. Una herramienta más para los científicos para la detección y posible disminución de consecuencias en desastres naturales.
El hecho de saber como detectar un posible relámpago volcánico podría hacer que muchos científicos se sintieran atraídos por la idea de buscar, en los numerosos mapas de truenos que existen, sus propios truenos volcánicos. Matthew Haney está convencido de ello y afirmó, en el comunicado de prensa sobre el descubrimiento, que:
«Espero que en el futuro, otros investigadores estén entusiasmados y motivados para buscar en sus conjuntos de datos para ver si pueden captar la señal del trueno”.
¿Qué te ha parecido la curiosidad sobre el verdadero sonido que tiene un relámpago volcánico? ¿Te parece interesante? Si eres un apasionado de la naturaleza, tanto de las cosas maravillosas que nos ofrece como de los fenómenos impresionantes como el que te acabamos de relatar, seguro que en Supercurioso encontrarás material para satisfacer esa curiosidad. Te invitamos, por ejemplo, a que le eches un vistazo a Madre Naturaleza: ¿Cómo se forman los huracanes? y nos des tu opinión a cerca de estos temas ¡Estaremos encantados de leerte!