Podemos encontrar todo tipo de consejos sobre la felicidad en Internet, pero lo cierto es que quizá -aunque estén colgados con la mejor de las intenciones- no te vayan a resultar útiles, porque cada persona es un mundo y han sido expresados desde la subjetividad. No obstante, si hay algo objetivo en lo que podemos confiar es la ciencia, en este caso más concreto, la neurociencia.
3 Rituales que te harán feliz según la neurociencia
La neurociencia es esa disciplina que se encarga de estudiar tu sistema nervioso y gracias a ella se han descubierto algunos consejos que te ayudarán a ser más feliz. Esto es lo que los neurocientíficos han descubierto para contribuir a nuestra búsqueda de la felicidad:
1. La pregunta más importante cuando nos sintamos abatidos
A veces no sientes que tu cerebro quiere que seas feliz, quizá te sientas culpable o avergonzado por algo. ¿Por qué te haces esto a ti mismo? Lo creas o no, la culpa y la vergüenza activan el centro de recompensa del cerebro. A pesar de sus diferencias, el orgullo, la vergüenza y la culpa activan circuitos neuronales similares, incluyendo la corteza prefrontal dorsomedial, la amígdala, la insula y el núcleo accumbens. Curiosamente, el orgullo es la más poderosa de las emociones mencionadas en la activación de estas regiones, excepto en el núcleo accumbens, donde la culpa y la vergüenza ganan. Esto explica por qué puede resulta tan atractivo (y fácil) cargarnos con las culpas o sentir vergüenza de nosotros mismos. Estamos activando el centro de recompensa del cerebro.
Pero la culpa, la vergüenza y la preocupación son algo horrible a largo plazo, cuando se extienden demasiado en el tiempo. Entonces, ¿qué dicen los neurocientíficos que debes hacer? Según sus investigaciones, lo mejor es hacerte la siguiente pregunta: ¿Por qué estoy agradecido? La gratitud es impresionante… pero ¿realmente afecta a mí cerebro a nivel biológico? -te estarás preguntando-. Pues, sí. ¿Sabes lo que hace el Prozac? Aumenta el neurotransmisor de serotonina, y lo mismo hace la gratitud. Además, la gratitud hacia los demás aumenta la actividad en los circuitos sociales de dopamina, lo que hace que las interacciones con otras personas sean más agradables para ti.
No lo dudes, cuando estés de «bajón» y no consigas levantar el ánimo, recuerda el consejo de la neurociencia: «¿Por qué cosas estoy agradecido en mi vida?».
2. Etiqueta tus emociones negativas
Te sientes horrible. Bien, dale un nombre, especifica, a ese «horrible». Te sientes… ¿Triste? ¿Ansioso? ¿Enojado? En un estudio a partir de Imágenes por resonancia magnética funcional, titulado «Poniendo Nombre a los Sentimientos», los participantes vieron imágenes de personas con expresiones faciales emocionales. Previsiblemente, la amígdala de cada participante se activó frente a las emociones en la imagen. Pero cuando se les pidió que nombraran la emoción, la corteza prefrontal ventrolateral activó y redujo la reactividad emocional de la amígdala. En otras palabras, el reconocimiento consciente de las emociones, el simple hecho de identificarlas, redujo su impacto.
Para reducir la excitación, es necesario usar sólo unas pocas palabras para describir una emoción, e idealmente utilizar el lenguaje simbólico, lo que significa usar metáforas indirectas, métricas y simplificaciones de tu experiencia. Esto requiere activar tu corteza prefrontal, lo que reduce la excitación del sistema límbico. Aquí está la línea de fondo: describir una emoción en sólo una palabra o dos, te ayudará a reducir su intensidad.
3. Tomar esa decisión
¿Alguna vez has tomado una decisión y luego tu cerebro finalmente se ha sentido en reposo? No es algo casual. La ciencia del cerebro muestra que tomar decisiones reduce la preocupación y la ansiedad, así como ayudar a resolver problemas. Tomar decisiones incluye la creación de intenciones y el establecimiento de objetivos, todos parten de los circuitos neuronales mismos y participan de la corteza prefrontal de una manera positiva, reduciendo la preocupación y la ansiedad.
Tomar decisiones también ayuda a superar la actividad del cuerpo estriado, que normalmente te atrae hacia impulsos y rutinas negativas. Finalmente, tomar decisiones cambia tu percepción del mundo, encontrando soluciones a tus problemas y calmando el sistema límbico.
Bien, son 3 rituales que -aunque por su explicación parecen complicados- son muy simples. Para ser más feliz: cuando estés triste pregúntate por qué cosas deberías estar agradecido, pon nombre a los sentimientos negativos cuando te asalten y no tengas miedo de tomar decisiones, solucionar problemas o ayudar a hacerlo porque -como todas estas acciones- harán que te sientas más feliz, ¡y lo dice la ciencia!
¡No tengas miedo y toma la decisión de buscar la felicidad, empezando por estos fáciles rituales!
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