Hace 15 años entró en circulación el billete de 500 euros, pero su tiempo de vida parece a punto de llegar a su fin, pues el Banco Central Europeo ha anunciado su progresiva eliminación entre 2016 y 2018 (aunque los que queden circulando continuarán manteniendo su valor y siendo aceptados por los bancos después de esa fecha).
Esta medida, que ha sido objeto de debate, se ha visto en parte opacada por una medida aún más radical por parte del gobierno de Dinamarca, que se planteó eliminar por completo el dinero en efectivo en 2016.
¿Sabes cuál podría ser el primer país en eliminar el dinero en efectivo?
La medida respecto al billete de 500 euros tiene sentido, si se considera que más del 50% de los europeos nunca ha visto un billete de tan alta denominación, y que el mismo se presta para ser usado en actividades ilegítimas como el narcotráfico y el lavado de dinero; y la de Dinamarca tiene un tenor parecido: desde la última década del siglo pasado la utilización de monedas y billetes disminuyó drásticamente, y hoy en día todos los adultos poseen tarjetas de crédito y realizan la mayor parte de sus pagos a través de la banca electrónica.
Las razones del gobierno danés para terminar con las transacciones en efectivo, comenzando por restaurantes, tiendas de ropa y gasolineras (para probar la efectividad de esta medida gradualmente), son sobre todo económicas: producir y mantener dinero tiene costes económicos que van desde la emisión de billetes y monedas hasta su traslado, cuidado y reposición. Dinamarca cuenta con una fiable estructura digital, y además ya existe una clara tendencia en los ciudadanos, que realizan un 75% de sus transacciones usando la plataforma electrónica, y un gran porcentaje ni siquiera lleva encima billetes o monedas (estas últimas son mal consideradas porque dañan los bolsillos de los pantalones, o ameritan el uso de engorrosos portamonedas).
Curiosamente, el otro gobierno que se ha planteado emprender el camino de la eliminación del dinero en efectivo ha sido el de Ecuador, pero por razones distintas, y en un contexto diferente al de Dinamarca.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció en diciembre de 2014 la implementación de un sistema de dinero electrónico para facilitar el acceso a este recurso por parte de un sector más amplio de la población.
Una ventaja inicial de este sistema es que reduciría el dinero efectivo circulante (el gobierno debe reponer unos 1.200 millones de dólares al año, para cubrir el deterioro), y por otro incrementaría el acceso de los ciudadanos ecuatorianos al dinero virtual, que al moverse a través de la telefonía no dependería del servicio de Internet, aún no tan consolidado como en Europa.
Existen otras ventajas a considerar al utilizar dinero electrónico: bajaría el gasto estatal y financiero al no ser necesarios muchos servicios e infraestructura que giran en torno al manejo de dinero en efectivo (sedes bancarias con cajas fuertes, vigilantes, transportes especiales, etc.), sería ecológicamente responsable (menos bosques talados, menos minas explotadas) y hasta más higiénico, si consideramos la cantidad de manos por las que puede pasar un billete.
También haría más fácil rastrear el origen de los fondos, y más difícil la evasión fiscal, pues las transacciones electrónicas no son tan fáciles de esconder como las que se hacen en efectivo (una de las razones que se han esgrimido con más frecuencia para la eliminación del billete de 500 euros).
Con todo, ni en Dinamarca ni en Ecuador creen que la desaparición del dinero en efectivo, en ambos países, esté cerca de convertirse en realidad, pero el economista ecuatoriano Fausto Valencia, Director del Proyecto de Dinero Electrónico del Banco Central de Ecuador, no lo ve tan lejos: “Estoy seguro de que mis nietos vivirán en una sociedad sin dinero en efectivo”.
¿Crees que en tu país un sistema así sería posible? Lee también nuestro artículo sobre los bancos, para que sepas desde cuándo se utiliza en Occidente el papel moneda.