Puede que al leer «harén de Pickering» te haya venido a la mente la clásica idea que este término de origen árabe suele tener para todos nosotros. No obstante, hay que hacer importantes matices. En primer lugar hemos de hablarte de un famoso astrónomo. ¿Su nombre? Edward Charles Pickering, destacado director del observatorio de la Universidad de Harvard y todo un referente en el estudio de estrellas binarias.
Además de adquirir fama por sus estudios sobre los espectros estelares, Pickering es conocido también por una característica: a lo largo de su vida se esforzó por trabajar exclusivamente con mujeres. Tanto es así, que en poco tiempo se popularizo el llamado «harén de Pickering», notables damas que llegaron a ser grandes científicas, como el caso de Williamina Fleming.
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Pickering y sus mujeres científicas
Las razones por las que Edward Charles Pickering decidió rodearse exclusivamente de mujeres en su departamento de la Universidad de Harvard, a finales del siglo XIX y principios del XX, fueron varias y no todas tan positivas como pensamos. Te las explicamos:
- En aquella época, contratar a una mujer era más económico.
- Muchas de ellas entraron a trabajar con Pickering como sirvientas. Uno de esos casos fue el de Willamina Fleming, que llegó con 21 años y embarazada. Un año más tarde, esta muchacha escocesa, además de seguir realizando tareas del hogar, colaboraba también en el observatorio. A los treinta años ya había desarrollado un sistema para clasificar estrellas. Pero aún hay más, a los 40 dirigía a otro equipo de mujeres, tiempo en el que descubrió novas, nebulosas, e incluso un nuevo tipo estrellas: las enanas blancas. No obstante, muchos de estos logros le fueron atribuidos a Pickering.
- Pickering sabía que el observatorio de Harvard estaba financiado por Henry Draper, el primero en fotografiar el espectro de emisión de una estrella. La persona que dirigía sus fondos era la sobrina de Draper, Antonia Maury. Pickering pensaba que si trabajaba exclusivamente con mujeres, siempre contaría con su apoyo.
- Trabajar con mujeres era para Pickering mucho más fácil y fructífero. Eran más observadoras, más pacientes y, en general, eran muy hábiles para la tarea de analizar fotografías espaciales del Observatorio de Harvard.
- Al final reunió un grupo de 13 mujeres, a las que sus compañeros de universidad pusieron rápidamente el sobrenombre de «el harén de Pickering».
- Todas estas mujeres hicieron notables descubrimientos. Aunque cabe decir que los hallazgos más notables «cayeron» en la autoría de Pickering. Muchos de sus colaboradores afirmaban a menudo que, a pesar de todo, era algo machista. Se cuenta por ejemplo que cuando Annie Cannon, una de sus colaboradoras, demostró que la secuencia de clasificación de las estrellas según el espectro de emisión era OBAFGKM, él señor Pickering pensó que un modo sencillo de recordarlo era creando una frase. Y fue la siguiente:“Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me”. (Sé una buena chica y bésame).
No podemos, sin embargo, dejar de apreciar la iniciativa de este astrónomo. Fue un modo de dar una oportunidad a las mujeres demostrando que podían ser tan brillantes o más que cualquier otra persona. No obstante, según ellas mismas declararon en más de una ocasión, no fue una vida nada fácil.
Pickering firmó todos sus trabajos y todos sus descubrimientos. Se sabe que se le negó a Willamina Fleming su descubrimiento de la famosa Nebulosa de la Cabeza de Caballo, que halló en la placa B2312. Sea como sea, aquí queda nuestro homenaje a todas esas mujeres que formaron el llamado «harén Pickering».
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