Las situaciones imaginarias son una buena forma de estudiar la moral de la intuición humana. ¿Qué haría alguien frente a un problema en el que de alguna u otra manera se produce un daño? En un incendio, ¿las personas prefieren salvar a un cachorrito o a un niño desconocido? ¡Averígualo!
¿Qué harías antes, salvar a un cachorrito o a un niño desconocido? ¿Qué haría la mayoría?
Antes de empezar: ¿Has escuchado a cerca del dilema del tranvía? Es algo así:
Un tranvía fuera de control se acerca a una vía en donde hay cinco personas atadas, la única manera de salvarlas es accionar un botón que hará que el tranvía cambie su rumbo, el problema se encuentra en que en aquel desvío, se encuentra otra persona atada. ¿Qué harías tú? ¿Justificas que una persona muera para que cinco se salven?
Ahora vamos con otra situación hipotética:
Pasas por una construcción que se incendia, el fuego arde sin cesar y, de pronto, escuchas el ladrido de un cachorro y el llanto de un niño pequeño. Corres al interior de la estructura y te das cuenta de que solo tienes tiempo de rescatar a uno, entonces aquí viene la pregunta: ¿Salvar a un cachorrito o a un niño desconocido? ¿Qué opción elegirías?
Situaciones como estas son usadas por los psicólogos para analizar al ser humano, ya que incluyen diferentes papeles, emociones y decisiones relacionadas con la ética de cada persona, además de encontrar la diferencia entre la moral de los hombres y las mujeres.
En la mayoría de estos experimentos que involucran personas y animales, el resultado a concluir es que la vida de las personas vale más que la de un animal, sin embargo, ¿Qué pasa cuando se trata de nuestras mascotas?
Las personas por lo general ven a sus perros como parte de la familia. En un estudio publicado por Anthrozoös, se demostró que si la situación consistía en salvar a su mascota o a una persona desconocida, el 40% de individuos se inclinaba por su mascota.
Otra variable del análisis mostró que las mujeres eran más propensas que los hombres a salvar a un cachorrito sobre la persona, incluso si no era suyo.
Al preguntar a las personas el porqué de su decisión, se encontró que quienes preferían salvar a la persona, tenían fundamentos basados en la lógica, mientras quienes decidían salvar al perro se guiaban más por las emociones.
A pesar de los resultados, al tratarse de situaciones hipotéticas es difícil saber con certeza si las personas actuarían según sus respuestas, de todas formas, con el experimento se puede entender el modo de pensar del ser humano. ¿Qué harías tú?
No dejes de ver: Este experimento demostró un gran beneficio de tener perro. Descúbrelo