La muerte por decapitación parece algo que aunque espeluznante es bastante rápido, especialmente si es con guillotina. Un deceso repentino durante el que perdemos la conciencia en el mismo instante en que nos rebanan el cuello, pero ¿y si no fuera así? ¿Y si siguieras consciente después de ser decapitado ni que fuera por unos segundos o minutos?
¿Sigues consciente después de ser decapitado? Por unos segundos…
Años atrás era imposible saber en qué momento se perdía la conciencia, pero hoy en día sabemos que mientras haya cierta actividad eléctrica en nuestro cerebro, estamos siendo de algún modo conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor. Es más, en el presente podemos incluso medir está actividad eléctrica de nuestro cerebro con electroencefalografías. Es por eso que, mediante un estudio del 2011, realizado por la Universidad de Radboud Nijmegen (Países Bajos), se ha podido investigar aproximadamente cuándo se deja de ser consciente después de perder la cabeza.
Como es usual en algunos laboratorios científicos, se usaron ratas para investigar cuánto se tarda en perder la conciencia tras una decapitación. No apoyamos el sufrimiento de estos animales, pero te informaremos de los resultados que obtuvieron estos científicos holandeses: tras cortarles la cabeza, el cerebro de las ratas continuó teniendo actividad cerebral a una potencia que se relaciona con el estado consciente y con la capacidad de pensar durante unos segundos.
Esto les hizo llegar a la conclusión de que, seguramente, en el caso de los seres humanos, aunque seamos distintos, esto también ocurriría. Es decir, existe la posibilidad de que cuando nos cortan la cabeza lo experimentemos y podamos pensar durante unos segundos, mientras nuestra extremidad superior está separada del resto del cuerpo. ¡Espeluznante! Este estudio holandés determina que seguimos «activos» unos 4 segundos, pero otras investigaciones de la misma índole con mamíferos de mayor tamaño han especificado que se está consciente hasta 29 segundos después de la decapitación.
Decapitaciones muy conscientes en el pasado
Si bien es cierto que el cerebro resiste muy poco sin oxígeno o sangre, el modo en que se corta la cabeza puede ser determinante en cuanto a la pérdida de conciencia y capacidad de pensar. Por ejemplo, si se amputa con una espada o un hacha, al no tratarse de un corte limpio, la pérdida de sangre y oxígeno mataría al cerebro antes de que la cabeza se separara del cuerpo, pero ¿qué ocurre cuando se trata de un proceso efectivo y de una sola vez como en el caso de la guillotina?
El cerebro posiblemente permanece vivo durante algunos segundos. Si repasamos lo que se hacía con las cabezas de quienes pasaban por la guillotina, recordaremos que tras cortarse, esta extremidad caía en una cesta y luego era mostrada al público. ¿Podía ver el ajusticiado a ese público, a su ejecutor y a su cuerpo abandonado tras perder la testa? Seguidamente te contamos dos casos que se documentaron y que parecen confirmarlo.
Charlotte Corday
Uno de los casos más conocidos. Corday fue condenada a la guillotina en 1793. Tras ser decapitada, su verdugo sostuvo la cabeza de Charlotte para mostrarla al público y propinarle dos bofetadas.
Tras esto, la cabeza de Charlotte miró al público desconcertada y se ruborizó, frunciendo el ceño como si estuviera indignada, antes de detenerse para siempre. Escalofriante.
Henri Languille
Otro suceso de este tipo documentado, entre otros, es el que investigo el Doctor Beaurieux que decidió estudiar el fenómeno de la decapitación y la conservación de la conciencia a partir de la cabeza de un criminal llamado Henri Laguille en 1905.
Al parecer, el doctor, justo después de la decapitación, llamó a Henri por su nombre varias veces y durante unos 30 segundos el ejecutado abrió los ojos y miró al doctor aparentemente de un modo muy consciente. El Doctor Beaurieux hizo las siguientes declaraciones:
«Aquí está lo que pude notar inmediatamente tras la decapitación: sus párpados y labios del ejecutado se contraían a un ritmo irregular durante unos 5 o 6 segundos. (…)
Esperé durante algunos segundos. Los movimientos espasmódicos cesaron (…). Fue entonces cuando le llamé con fuerza y severidad: «¡Languille!». Vi como los párpados se abrían sin contracciones espasmódicas -insisto en esta peculiaridad- sino con un movimiento bastante distinto y normal, igual que el que vemos cada día, cuando la gente se despierta o vuelve de estar inmersa en sus pensamientos.
Después de esto, los ojos de Languille, definitivamente, se fijaron en los míos y sus pupilas me enfocaron. Entonces no estaba mirándome de aquella forma vaga y sin expresión, como la de la gente que está muriendo mientras uno les habla: estaba tratando innegablemente con unos ojos que me miraban. Después de unos segundos, sus párpados se cerraron. (…)»
Hasta dos veces más llamó el doctor a Languille y éste abrió los ojos, como respondiendo, pero finalmente quedó con la mirada vacía, muerta.
Sea como sea, por el momento, actualmente no se realizan esta clase de investigaciones con humanos y no se sabe a ciencia cierta hasta qué punto se es consciente, si se puede pensar o si se siente el dolor durante esos segundos tras la decapitación, en los que las investigaciones defienden que nos mantenemos «vivos».
¿Qué crees tú?
Si te ha gustado este artículo, seguro que querrás saber más sobre cómo tu cuerpo sigue funcionando tras la muerte.