Quizás hayas escuchado hablar de Otto Skorzeny (1908-1975), un comando nazi particularmente célebre por haber rescatado a Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial, pero es muy probable que no estés al tanto de que este hombre, suerte de extraña combinación de héroe y villano, que nunca renunció a sus convicciones nacionalsocialistas, aparentemente trabajó después de la guerra para el Servicio de Inteligencia del estado de Israel, en uno de esos giros del destino digno de una novela de espionaje.
Skorzeny, de coronel de la SS a espía del Mossad
Skorzeny tiene el extraño honor de ser uno de los pocos oficiales de la Waffen SS que terminó siendo respetado y admirado por sus enemigos después de la guerra. Su entrada en la historia inicia cuando Hitler, en 1943, le asigna la misión de encontrar y rescatar a Benito Mussolini, que había sido derrocado y se encontraba detenido en un lugar secreto, custodiado por carabinieri que tenían órdenes de matarlo si se presentaba un intento de liberarlo. El oficial alemán de origen austriaco descubrió el lugar donde lo tenían, un hotel en la cumbre de una montaña, y comandó una operación de rescate usando planeadores, que culminó con la liberación de Mussolini sin disparar un solo tiro y sin que hubiera bajas en ambos lados.
A raíz de esta misión, Otto Skorzeny se convirtió en “el soldado favorito de Hitler”, fue ascendido a coronel de la SS y se destacó en otras operaciones de comando y de inteligencia en Yugoslavia (donde por poco elimina a Tito), Hungría y Bélgica. Poco después de la muerte de Hitler, Skorzeny se rindió a tropas estadounidenses, fue sometido a juicio, y aunque fue declarado inocente de crímenes de guerra, no fue liberado, y terminó escapando de prisión con el apoyo de otros ex soldados alemanes.
Skorzeny pasó el resto de su vida residenciado en España, desde donde publicó varios libros sobre su vida que en general tuvieron éxito, y donde murió en 1975, sin haber renunciado nunca a sus convicciones nacionalsocialistas, por lo que recibió diversos homenajes de distintos grupos neonazis de Europa.
Y esto último es muy curioso, porque nueva información, aportada por el diario israelí Forward, señala que la vida del comando alemán después de la guerra no fue tan tranquila como señala su biografía oficial. Este periódico afirma haber tenido acceso a información clasificada sobre Skorzeny que indican que después de la guerra el servicio de inteligencia estadounidense lo utilizó en varias misiones en Europa y que posteriormente fue reclutado por el Mossad, el servicio de inteligencia de Israel, para la realización de varias operaciones secretas, que incluyeron detectar y deshacerse de científicos alemanes que pudieran ayudar a Egipto a desarrollar misiles y armas nucleares, que por entonces era el principal enemigo de Israel.
El interés del Mossad por Skorzeny se debió a que éste se desempeñaba como asesor de los gobiernos de Egipto y Argentina (se dice que llegó a ser guardaespaldas de Eva Perón), a su conocimiento de los alemanes en el exilio, entre los que gozaba de prestigio, y también para aprovechar sus habilidades como comando, y como asesino, cómo no.
Sin duda, Otto Skorzeny podría ser el protagonista de una de las historias más extrañas del espionaje del siglo XX, aunque es probable que no logre liberarse de algunos aspectos verdaderamente siniestros.
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Imágenes: Wikipedia