Si te pedimos que nos digas cuáles son, para ti, los sonidos más irritantes, ¿que contestarías? Quizá sea un compañero de trabajo cantando en la oficina o un cachorro ladrando incansablemente durante la madrugada o, tal vez, esa persona que suele comer con la boca abierta y consigue sacarte de tus casillas. En cualquier caso, seguramente tienes identificado algún ruido que te exaspera.
Un estudio realizado determina que muchos de los sonidos más irritantes son comunes para muchas personas, odiados y despreciados de manera universal.
¿Cuales son los sonidos más irritantes?
Seguramente unos clavos rozando una pizarra sean de los sonidos más irritantes y horribles que existen pero, al parecer, no se trata del ruido más molesto que existe.
En 2012 un equipo de neurocientíficos del Reino Unido y de Alemania intentaron determinar que tipo de sonidos resultaban ser los que más molestaban al cerebro humano y después publicaron los resultados obtenidos en un estudio en el Journal of Neuroscience.
El estudio consistía en colocar a 16 personas en una máquina de resonancia magnética y monitorear lo que sucedía en sus cerebros mientras escuchaban cada uno de los 74 sonidos diferentes que componían el experimento. Después de someterlos a los sonidos más irritantes, les pidieron a estos participantes que calificaran cuál de los ruidos les resultaba más molesto. Esta es la lista de sonidos más irritantes ordenados de mayor a menor:
- Un cuchillo en una botella.
- Un tenedor sobre un vaso.
- Tiza en una pizarra
- Una regla sobre una botella.
- Clavos en una pizarra.
- Un grito femenino.
- Una lija eléctrica
- Los chirridos de los frenos de una bicicleta.
- Un bebe llorando
- Un taladro eléctrico.
Con tal de intentar compensar tanto ruido irritante, los investigadores que llevaban a cabo la prueba introdujeron también sonidos mucho más relajantes y placenteros. Los cuatro ruidos que resultaron ser los más agradables según los voluntarios del experimento fueron:
- aplauso
- un bebe riendo
- el trueno
- agua que fluye
Los científicos que dirigían el estudio sobre los sonidos más irritantes también se dieron cuenta de que los sonidos molestos coincidían con una mayor actividad en una parte concreta del cerebro de los participantes. Aparte de la corteza auditiva (que es la encargada de procesar el sonido), la actividad de la amígdala era directamente proporcional a lo horrible e irritante que resultaba ser el sonido. Esa parte en concreto del cerebro trata con la emociones, por eso tendría sentido pensar que los sonidos más irritantes activan esta zona emocional.
Lo más curioso de todo el procedimiento es que los investigadores encontraron que todos los sonidos molestos estaban dentro de un rango de frecuencia específico: entre 2,000 y 5,000 Hz, lo que significa un sonido bastante agudo.
«Este es el rango de frecuencia donde nuestros oídos son más sensibles. Aunque todavía hay mucho debate sobre por qué nuestros oídos son más sensibles en este rango, incluye sonidos de gritos que nos resultan intrínsecamente desagradables».
dijo el Dr. Sukhbinder Kumar , autor del artículo.
Según explicaría una teoría evolutiva, los tonos más altos se parecen más a las llamadas de alarma que nuestros antepasados podrían haber escuchado. Seguramente reaccionar ante ellos podría salvarles la vida; llegar a entrar en acción al escuchar el chillido agudo de un chimpancé alarmado por algún peligro por ejemplo. Este tipo de ejemplos son fáciles de imaginar y tienen una respuesta bastante lógica y con sentido común. Sin embargo, aún no alcanzamos a saber porque puede llegar a ser irritante un cuchillo en una botella.
Lo que está claro es que este estudio ha permitido saber mucho más de como los sonidos más irritantes pueden afectar a nuestros cerebros.
«Este trabajo arroja nueva luz sobre la interacción de la amígdala y la corteza auditiva. Esta podría ser una nueva incursión en los trastornos emocionales y trastornos como el tinnitus y la migraña en los que parece haber una mayor percepción de los aspectos desagradables de los sonidos»
dijo el autor principal del estudio, el profesor Tim Griffiths, en un comunicado de prensa.
Seguramente habrá una conexión con nuestro pasado más lejano, como bien decíamos antes, y quizá también se deba a alguna extraño tipo de asociación que haga que algunos sonidos nos parezcan más desagradables que otros. De cualquier manera, este tipo de estudios e investigaciones ayudan mucho a esclarecer todos estos pequeños misterios que aun nos esconde el ser humano, ¿Llegaremos algún día a conocer todos los rincones, y su funcionamiento, de nuestro cuerpo? ¿Qué opinas tú?
Déjanos tus impresiones a cerca de nuestro artículo sobre los sonidos más irritantes y menos. ¿Coincides tu en esta lista que te detallamos? Déjanos tus comentarios, ¡estaremos encantados de leerte!