A finales del siglo XIX y principios de XX la cocaína era considerada únicamente un medicamento y para algunos galenos era casi una panacea universal. En 1900, cualquier habitante de los EE.UU. podía comprar en una farmacia, por 25 centavos, un gramo de cocaína. En Supercurioso ya os hemos hablado del aterrador jarabe para niños de la Señora Winslow, hecho a base de cocaína o del Vino Mariani o Vino con cocaína la bebida que gustaba a Pio X y León XIII. Así, no es de extrañar que existieran los Tampones con cocaína para las afecciones ginecológicas. Acompáñanos a conocer este demencial remedio.
Tampones con cocaína para las afecciones ginecológicas
Inicialmente el uso medicinal de la cocaína era completamente legal y sin control. A raíz de la utilidad que descubrió el oftalmólogo austríaco Carl Koller se empezó a aplicar en muchos campos médicos. En 1884 Koller aplicó unas gotitas de una solución que contenía cocaína sobre la córnea de un paciente y ésta quedó insensible al dolor e inmóvil durante un tiempo, pudiendo proceder a efectuar una cirugía ocular que de otra manera hubiera resultado casi imposible.
Los otrorrinolaringólogos fueron los siguientes en emplearla en sus intervenciones tanto en la garganta y como en la nariz. Excepto un reducido número de detractores, los médicos recetaban preparados a base de cocaína para un sinfín de dolencias y prácticamente nadie pensaba que pudiera resultar adictiva, o por lo menos no más que el té, el café o el tabaco. No fue hasta años más tarde, cuando se comprobó los estragos que causaba la cocaína y el gran número de adictos que tenía, que los gobiernos empezaron a legislar sobre ella.
Entre los usos menos conocidos está el ginecológico. Cuando los médicos y cirujanos empezaron a utilizar la cocaína como anestésico local la aplicaban en unas torundas de algodón llamadas tampones inventadas en el siglo XVIII para taponar heridas de bala y aplicar antisépticos. Avanzado ya el siglo XIX fueron aplicados estos tampones con una solución de cocaína para el tratamiento de las afecciones ginecológicas.
Los médicos creían eficaz la cocaína para tratar un gran número de dolencias femeninas: endometritis cervical, relaciones sexuales dolorosas, dismenorrea, enfermedades uterinas e incluso creían que servía para tener un parto sin dolor. Para la mayoría de ellas el tratamiento consistía en insertar por vía vaginal un tampón empapado en una solución de cocaína. La única duda era el porcentaje de cocaína que debía contener la preparación; no pensaban en ningún momento que esos tampones con cocaína pudieran ser perjudiciales ni causar adicción.
Como curiosidad añadiremos que los tampones que se utilizan actualmente para absorber el flujo mensual no son un invento moderno, sino que hace miles de años que se utilizan. La mujeres egipcias, por ejemplo, fabricaban unos tampones con un tipo especial de papiro ablandado, tal como queda reflejado en el documento médico conocido como «Papiro de Ebers» que data del siglo XV antes de Cristo. Las mujeres romanas y las japonesas también los utilizaban hechos con lana y papel, respectivamente.
¿Que te ha parecido el uso medicinal de la cocaína que se hacía antiguamente? ¿Sabías que los tampones eran tan antiguos? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer:
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