La verdad es que nos resulta curiosa la existencia de tantos síndromes asociados a personajes literarios. En realidad, dichas figuras de la ficción vienen a representar muchas de esas pulsiones y afectos humanos que solemos ver en nuestro día a día.
En Supercurioso ya te hablamos en su momento del síndrome de la Bella durmiente o el síndrome de Peter Pan y Wendy. Son perfiles que describen aspectos de personalidad con los que podemos sentirnos más o menos identificados.
Ahora bien, es importante concretar algo importante: dichas características no perfilan en absoluto síndromes psiquiátricos. Son rasgos que ha perfilado la psicología popular. No son pues trastornos que aparezcan en el DSM-V. Son, simplemente, conjuntos de rasgos que algún profesional recogió en su momento para etiquetarlos bajo un nombre llamativo con el cual, describir un tipo de personalidad.
Como ocurrió en su momento con el libro del psicólogo Dan Kiley «Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up”, escrito en 1983.
No son pues trastornos psiquiátricos, pero recogen una serie de características que en ocasiones, pueden causarnos problemas en nuestro ciclo vital, al no sentirnos integrados.
Huckleberry Finn, un gran personaje literario con claroscuros
Lo primero que nos viene a la cabeza del famoso libro de Mark Twain, es que Huckleberry Finnque era un muchacho que hacía novillos, que solía escaparse casi cada día para vivir mil aventuras por St. Petersburg, en Missouri, con su querido amigo Tom Sawyer.
Una de sus aventuras más conocidas, fue la vivida a lo largo del río Mississippi, en compañía del esclavo Jim.
A primera vista lo que pensamos es que Huck era un niño muy aventurero, soñador y algo irresponsable por descuidar sus obligaciones escolares y las reglas familiares. No obstante, nada de esto es así:
Como ya sabes Tom Sawyer y Huck eran amigos, y ambos fueron dos novelas excelentes de Mark Twain, quien al más puro estilo de Dickens, nos describió dos caracteres muy diferentes:
- Tom Sawyer cuenta con una familia, ha sido educado en tranquilidad y todo ello conforma en él al típico muchacho despreocupado, que ansía por encima de todo liberarse de la monotonía para divertirse.
- Huck Finn, por su parte, no busca la diversión de la misma forma que Tom. Este muchacho reacciona ante su propia situación. ¿La causa? Se ha visto en la obligación de crecer más rápido porque fue abandonado. Vive con una tía, pero debe enfrentarse a la presencia de un padre malvado del cual debe defenderse y escapar.
¿Cómo es la persona con el síndrome de Huckleberry Finn?
Como ya puedes intuir, la personalidad que la psicología popular suele identificar con el síndrome de Huckleberry Finn, suele ser algo compleja. No obstante, las dos dimensiones más significativas son:
- Vacío existencial
- Búsqueda de «un algo» que nos haga sentir completos, un camino que siempre nos aporta insatisfacción.
Veamos ahora cuáles suelen ser las características más básicas:
– Las personas con este síndrome suelen ser inteligentes, despiertas a todo lo que ocurre a su alrededor.
– Se adaptan bien a las situaciones, pero rara vez se sienten felices con lo que tienen o hacen.
– Evitan tener responsabilidades. Porque una responsabilidad implica echar raíces en algunas ocasiones, y eso es algo para lo que no están preparados.
– Su infancia fue algo traumática, y focalizan la mayoría de sus problemas en esos años de niñez, donde la relación con la figura paterna nunca fue buena.
– Ese rechazo o esa falta de vinculo saludable con la familia hizo que siempre sientan muchos vacíos, que busquen experimentar cosas que les haga sentir bien, olvidar… Sin embargo, pocas veces lo consiguen, y por eso sus cambios constantes: de amigos, de parejas, de trabajos…
– Muchas de estas personas, a pesar de ser brillantes, tienen una baja autoestima. De ahí que en ocasiones deriven en depresiones.
Como puedes ver todos estos rasgos parecen dibujar una personalidad compleja llena de problemas emocionales. Toda una lástima, porque por lo general suelen ser brillantes, destinadas a simple vista para tener éxito: aunque no siempre es así.
Un perfil no exento de interés, en el que muchos pueden verse reflejados.