¿Sabías que existe la posibilidad de que tus hijos acaben pareciéndose al primer amor de tu pareja? ¡Te lo contamos!

Telegonía

Se trata de una teoría del biólogo alemán August Weismann denominada “telegonía”, que se sostiene que el hijo de una pareja puede tener cualidades físicas de otro macho con el que la mujer haya tenido relaciones sexuales previas.

Surgió cuando en 1820 el conde de Morton intentaba domesticar a una especie de cebra, ya extinguida, conocida como cuaga. Se trataba de una cebra procedente de Sudáfrica con unas características muy particulares: pelaje pardo rojizo y el lomo y los cuartos traseros libres de rayas. El conde cruzó un cuaga con una yegua árabe y sus hijos fueron muy parecidos a la cebra.

Sin embargo, después volvió a cruzar a la yegua con un semental pura raza árabe, con la sorpresa de que la descendencia tenía el color y las características del cuaga.

Esto fue lo que llamó Weismann “telegonía”, una teoría científica que está basada en la idea de la impregnación y de la herencia no genética, pero que había sido descartada por los investigadores hasta ahora, ya que la revista Ecology Letters ha publicado un estudio que demuestra que esto es posible.

El experimento 

Dicho estudio fue realizado por científicos australianos que emplearon moscas para cruzarlas tanto con machos grandes como con pequeños, antes y después de estar en edad fértil.

El experimento constato que “a pesar de que el segundo macho engendró la descendencia, el tamaño de la progenie lo determinaba el de la anterior pareja sexual de la madre. Este hallazgo muestra que también se pueden transmitir algunos rasgos adquiridos a la descendencia de parejas posteriores de una hembra”- afirmó A. Crean, líder del estudio.

Madre e hija

Por otra parte, la habilidad del ARN de los espermatozoides en los seres humanos puede provocar que lleguen a óvulos inmaduros generando esa “impregnación” y por tanto tener influencia en las características físicas del embarazo posterior, aunque no sea el padre biológico.

“El esperma, después de penetrar en el útero, es absorbido por el organismo femenino y ejerce una influencia sobre los óvulos que aún no están maduros”, aclaran.

«Podemos imaginar que durante el coito millones de espermatozoides que contienen ADN se depositan en el cuerpo de la hembra y los que no se utiliza en la fertilización son absorbidos por el mismo. Si este ADN extraño se llega a incorporar en las células somáticas y los óvulos inmaduros, la descendencia podría mostrar esta influencia en su constitución genética, y de ese modo proporcionar otra base para telegonía”, explica el investigador Yongsheng Liu.

De esta forma, según esta investigación, puede que tus hijos presenten ciertos rasgos físicos de otra pareja sexual de tu mujer, sin necesidad de que te haya sido infiel. Sorprendente, ¿verdad?

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