Tal y como lo lees. Su deseo siempre había sido ser ciega y no paro hasta lograrlo. Conoce la historia de Jewel Shuping, la mujer capaz de provocarse su propia ceguera para alcanzar su sueño.
La historia de Jewel Shuping: dejar de ver para ser feliz
Desde que tenía seis años, Jewel Shuping, de 30 años y procedente de Carolina del Norte, deseaba haber nacido ciega. Por ello, se comportaba como si lo fuera: empleaba gafas oscuras y aprendió a moverse por los espacios con los ojos cerrados.
“Mi madre me encontraba caminando en los pasillos por la noche, cuando yo tenía tres o cuatro años. Y cuando tenía seis años recuerdo pensar que ser ciega me haría sentir cómoda”- explica.
Incluso, Jewel confiesa que se quedaba observando directamente al sol porque sabía que así podía dañar sus córneas y quedarse ciega.
Aunque afirma que intentó quitarse este deseo, nunca lo consiguió. Al cumplir 18 años, se compró un bastón y estudió el sistema braille.
Jewel padece el desorden de identidad de la integridad corporal (BIID). Una enfermedad psiquiátrica que hace que crea que debería haber nacido con una discapacidad. Las personas con este trastorno, pasan toda su vida con la sensación de que les falta algo u optan por lograrlo, provocándose la discapacidad como Jewel.
Fue su psicólogo quien la ayudó a conseguirlo. Jewel lo convenció para que, después de ponerle unas gotas anestésicas, le echara gotas de un limpiador para tuberías en los ojos. Por fin, era ciega.
“No creo que estuviera loca, sólo que tenía un desorden mental. Me sentí muy feliz cuando vi que ya era ciega porque pensé: «Esto es lo que se supone que debería ser.” – declara en una entrevista.
Sin embargo, no todo ha sido felicidad, ya que su familia está muy disgustada con lo sucedido y han cortado toda relación con ella. Tan sólo cuenta con el apoyo de su pareja, también invidente.
A pesar de todo lo sucedido, Jewel aconseja a las personas que padecen sus misma enfermedad que no hagan lo mismo que ella: “Si hay alguien que tiene lo mismo que yo, le diría, no te hagas ciego de la forma en que yo lo he hecho. Tampoco intentes hacerlo solo. Espera, quizás en el futuro haya un tratamiento para tu enfermedad”.
Ante las críticas recibidas, afirma que “esto no es una opción, es una necesidad en base a un trastorno del cerebro”.
Una historia increíble sobre el poder que tienen los trastornos mentales. ¿Qué te ha parecido?