A casi todo el mundo le atraen las historias de vampiros. Y entre esos admiradores, un pequeño porcentaje roza un fanatismo en ocasiones extremo, donde llegan asumir muchas prácticas y costumbres de la leyenda, hasta el punto de caer ya en el abismo del horror, el crimen y esa sangre espesa que fluye de verdad y que algunos se atreven a probar.
Todo ello es una muestra clara de cómo en ocasiones, una mente falta de valores, principios y sentido del bien y del mal, cruza el límite hasta el punto de quitar la vida. Esto mismo es lo que ocurrió a finales de los 90, al tener como protagonista a una esperpéntica pandilla llamada «El clan de los vampiros».
Estamos seguros de que esta historia te va a erizar la piel…
La fascinación de la sangre
A Rod Ferrell, un joven que aún no había cumplido los 18 años, le gustaba la sangre humana. La encontraba placentera, y de ahí que no dudara en dar muerte a una pareja de Florida, un 25 de noviembre de 1996 para convertirse por fin en un auténtico vampiro cazador. Había dado por fin el gran paso.
Y sus víctimas fueron Naomi y Richard Wendorf, a los que dio muerte junto con un amigo con una barra de hierro. Fue un acto brutal y despiadado, donde no dudaron en dejar una «V» (de vampiro) marcada en sangre en una pared del salon.
Nunca quedó claro si llegaron a beber la sangre de estas personas, pero cuando finalmente fue arrestado, declaró abiertamente que era un vampiro de 500 años y que su nombre, era Vesago. Era miembro de una pandilla que él mismo había creado conocida como “El Clan Vampiro». Adoraban la estética de los legendarios personajes y formaban un grupo muy unido, muy estructurado, que a su vez, dedicaban una adoración casi divina a un videojuego en particular: «Vampire, the mascarade».
Se sabía que consumían sangre, que solían llevar una forma de vida marcada por la violencia y el exhibicionismo más extremo, de hecho, y como ejemplo, cabe decir que era habitual verlos «colgados del revés», descansando boca abajo como los murciélagos.
Tras el asesinato, Rod Ferrell y su amigo Scott Anderson viajaron lo largo de dos estados para ir a parar a Nueva Orleans, donde se encontraban el resto de sus amigos, los cuales, ofrecieron cobijo. Aunque no les valió de nada. Rod y sus cuatro compañeros fueron detenidos y llevados a la cárcel de Baton Rouge, para después ser extraditados a Florida.
El 12 de febrero de 1998 se inició el juicio, y donde por primera vez en la historia, se juzgaba un acto tan brutal a un chico que aún no había cumplido los 18. Cabe decir que Ferrell se declaró culpable de de los asesinatos. Parecía orgulloso de lo realizado. Y el castigo fue acorde a su crimen: se le condenó a muerte, convirtiéndose así en la persona más joven en recibir tan dura sentencia. Él y su compañero de «caza» recibieron la misma condena, y el resto de compañeros e integrantes del «Clan de los Vampiros», recibieron algo más de 10 años de pena de cárcel por encubrimiento.
Ahora bien, más tarde el caso volvería a revisarse, de forma que la condena de muerte quedó en condena perpetua sin libertad condicional, al igual que sus compañero Scott Anderson. A día de hoy Rod tiene 35 años, y desconocemos si aún mantiene su fascinación por los vampiros, y si aún se hace llamar Vesago.
Lo curioso del «Clan de los Vampiros» es que tuvo un impacto social y cultural inmenso. Se hicieron canciones homenajeando la historia, incluso se rodó una película en el 2002 llamada, cómo no, «Vampire Clan«.
Te interesará saber, además, que según un reportaje de la BCC, a día de hoy existen varias comunidades de “vampiros reales”. Según el sociólogo David Robinson, existen cerca de 5.000 personas que dicen ser vampiros y que viven como tal.
- Nueva Orleans es el punto más caliente en cuanto a esta actividad, existiendo casi 50 grupos o comunidades muy cohesionadas.
- Un dato curioso que nos comentó dicho experto, es que los “vampiros reales” son, por lo general, grupos muy comprometidos con las causas sociales: realizan campañas de alimentación para las personas sin hogar y apoyo a grupos de rescate animal. Nada que se pueda comparar con los «Vampire Clan».
- Son personas con otra forma de ver la vida, de vestir, de relacionarse. No hay, a simple vista, una perversión de beber sangre o de atacar, aunque eso sí, alguno de estos grupos tiene prácticas y estructuras secretas para conseguir un intercambio puntual de sangre.
Como puedes ver el tema del vampirismo, va más allá de las novelas y el mundo del cine. Para muchos es una forma de vida, no obstante, mientras no se haga daño a nadie, será igual de respetable como otra cualquiera, no cabe duda. ¿Opinas lo mismo?
Y recuerda, si te ha gustado este artículo, te invitamos a recordar también la historia del vampiro real de Turquía.¡Asombroso!