Según consta en el Pergamino de Chinon, del que recientemente se encontró el original y una copia en los archivos vaticanos, los templarios no eran culpables de herejía como pretendía la inquisición. El Papa Clemente V, durante un tiempo, quiso salvarlos. Fueron condenados por las presiones del rey Felipe IV de Francia sobre el Pontífice y por la codicia de ambos. Algunos de los templarios consiguieron escapar y su tesoro jamás fue encontrado. En él podrían encontrarse objetos sagrados traídos por los miembros de la orden desde Tierra Santa. Entre ellos se hallaría la mítica Arca de la Alianza. Un arqueólogo inglés dijo haber encontrado el tesoro y antes de morir diseñó un vitral en el que al parecer dejó un código para hallarlo. ¿Es cierta la historia? ¿La misteriosa vidriera oculta dónde está el Arca escondida por los templarios?
La misteriosa vidriera que oculta dónde está el Arca escondida por los templarios
La historia se remonta al S. XII. Según cuenta la leyenda, algunos templarios que volvían de Tierra Santa edificaron una pequeña iglesia llamada Temple Herdewyke, muy cerca de Stratford-on-Avon, en el centro de Inglaterra. En ella depositaron los objetos sagrados que habían traído consigo. Según consta en registros antiguos de la parroquia, entre estos “objetos sagrados” destacaba un Arca de oro. En 1306, un grupo de templarios huidos de la persecución, se refugiaron en Temple Herdewyke donde algunos sobrevivieron hasta 1350. Esos últimos templarios, que actuaban como guardianes, murieron en una epidemia de peste negra y se llevaron el secreto del paradero del Arca a la tumba.
Siglos más tarde, un arqueólogo llamado Jacob Cove-Jones dijo haber encontrado el tesoro y el Arca de la Alianza que contenía las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Había resuelto un código encontrado en la antigua iglesia de Temple Herdewyke. Reunió a numerosos eruditos para iniciar unas excavaciones siguiendo esas pistas. Nadie le creyó y él, contrariado y enojado con sus colegas, se negó a mostrarles sus hallazgos.
Dispuesto a financiar él mismo la excavación, tuvo que desistir ya que, poco tiempo después, le fue diagnosticada una tuberculosis. Cove-Jones, antes de morir, encargó a un amigo, artista vidriero, que confeccionase un vitral para la nueva iglesia que estaban construyendo en el pueblo de Langley, donde vivía. En el diseño de esta vidriera es donde él escondió las pistas para acceder al tesoro templario y al Arca de la Alianza.
Numerosas personas han intentado descifrar la colorida vidriera de la Epifanía que está en el lateral de la diminuta iglesia de Langley. Se han fijado en las estrellas, en los presentes que llevan los reyes o en las letras e inscripciones sin conseguir nada. Quizá, si la historia de Jacob Cove-Jones es cierta, algún día un viajero consiga interpretarla y encontrar el Arca escondida.
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Imagen: Lancastermerrin88