La historia de Desmond Arthur es todo un clásico dentro de los fenómenos paranormales. Es uno de los casos más impactantes sobre el tema y no sólo por los numerosos testigos existentes, sino también por lo particular de su historia, de su tragedia y drama humano.
Porque pocas cosas pueden ser más desconsoladoras que el perder la vida, y a su vez, ser acusado de incompetencia. Esto es lo que le ocurrió a un joven piloto irlandés llamado Desmond Arthur. Tenía 29 años cuando perdió la vida, todo un drama para una persona de la que decían era todo un aventurero, un hombre valiente y de espíritu inquebrantable al que todo el mundo respetaba por su gran humildad.
Estamos seguros de que esta historia te va a impresionar.
La carrera de un gran piloto
Desmond Lucius Arthur nació el 31 de marzo 1884 en Irlanda. Decían de él que era todo un atleta, un gran deportista y excelente estudiante que pudo haber hecho carrera en cualquier universidad de Reino Unido. Sin embargo, a Desmond le atraía el riesgo. Ganó varias carreras de coches y de atletismo, para finalmente hacer su formación en el ejército. Porque lo suyo era volar. Se unió a la aviación Irlandesa en el hipódromo de Leopardstown y al quinto Batallón de Fusileros Royal Munster , ascendiendo rápidamente a teniente.
Decían de él que cautivaba por su entusiasmo y su vitalidad. Un hombre responsable que adoraba los aviones y el ejército.
El accidente mortal de Desmond Arthur
En 1913, Desmond empezó a trabajar en el Escuadrón de la Royal Flying Corps, en Montrose, Escocia. Era aquí donde se destinaban a los pilotos más cualificados, los mejores y más valientes, que más tarde ofrecerían su servicio durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
El accidente fatal del joven teniente Arthur sucedió sobre las 07:30 horas del martes 27 de mayo 1913. Llevaba los mandos de un BE2 biplano. No se conocen las causas, pero se derrumbó en una caída fatal durante un vuelo de rutina hacia Lunan Bay . El ala derecha del avión se desprendió sin razón alguna y, simplemente, cayó a la tierra. Arthur perdió la vida al instante. Dos días después, se celebró el entierro en en el cementerio de Sleepyhillock (Montrose), al que sus compañeros asistieron aún atónitos ante lo ocurrido.
Semanas después, se emitió un informe desde la Comisión de Investigación de accidentes aéreos. ¿Y cuál fue la conclusión? El mal mantenimiento. El teniente Arthur había actuado de modo incompetente en el cuidado y la reparación de su avión. Una de las alas de la nave tenía una «reparación chapucera» que el propio teniente, seguramente, había llevado a cabo.
Ninguno de sus compañeros estuvo de acuerdo con ese informe.
El fantasma de Montrose
Tras la emisión de aquel informe, los incidentes empezaron a turbar la tranquilidad de la base de aviación de Montrose. Y este es el relato de todos esos acontecimientos:
- El Mayor Cirilo Foggin, fue el primero en ver una figura fantasmal en el comedor de oficiales. No dijo nada por miedo a perder su puesto, solo cuando otros oficiales se atrevieron a compartir sus experiencias, pudo comentar que también él, había visto el fantasma del teniente Arthur.
- Todos los instructores de vuelo de la base declararon ver la presencia de Arthur en los hangares donde estaban los aviones. Le tenían tanto miedo, que nadie se atrevió en casi cuatro años a dirigirse a él.
- Lo llamaban «el fantasma del teniente irlandés» o el «santo de Montrose». Los pilotos nuevos que llegaban y que no conocían su historia, no aguantaban demasiado en esa base. Fueron muchos los que pidieron el traslado y la mayoría se negaba a hacer guardias nocturnas.
- No fue hasta 1917 cuando un amigo del propio teniente Arthur decidió emprender nuevas investigaciones. Él no era piloto, sino periodista y editor de una famosa revista de aviación llamada «The aeroplane». Levantó cielo y tierra, revisó informes y habló con testigos y altos cargos, para al final, descubrir que en realidad, lo que habían querido hacer era cerrar cuanto antes el caso del teniente atribuyendo responsabilidades a quien no podía defenderse: el propio fallecido. Había sido acusado de incompetencia de la forma más injusta posible. Y ahí estaba su pena, su tragedia y la razón por la que, seguramente «se negaba a irse».
Se publicó un nuevo informe donde se quitaba toda responsabilidad al joven Desmond Arthur. Desde entonces, ya no volvieron a experimentarse fenómenos extraños. El piloto descansaba ya en paz, aunque de vez en cuando, muchos afirman que en el cielo de Montrose, aparece un biplano misterioso. Ocurrió en 1940, y otra vez, en 1942. De momento, el fantasma del «irlandés» no ha vuelto a asustar a nadie.
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