Detrás de los amores imposibles, cómo no, hay sufrimiento. Si has vivido esta situación en algún momento de tu vida sabes que este recuerdo es algo que no se olvida, y que se queda alojado en nuestra memoria como un vacío al que volvemos con demasiada frecuencia.
Es como una vida no vivida, como algo que pudo ser y no fue. Y no hay peor tortura que la incógnita de pensar cómo pudo haber sido esa relación de haber podido llevarse a cabo.
¿Fue un rechazo? ¿Fueron las circunstancias? ¿La distancia? ¿O quizá segundas personas? Hoy en Supercurioso queremos abordar qué puede haber detrás de los amores imposibles.
Idealización
Un amor imposible es casi siempre una relación inconclusa. O bien algo que nunca pudo llegar a iniciarse o un amor que hubo de romperse por fuerzas mayores. Al no haber existido como tal una auténtica relación, muchas veces tendemos a idealizar a esa persona. Lo imposible es algo inalcanzable revestido por un aura de perfección.
De algún modo, todo lo que vivimos posteriormente a ese amor imposible, tendemos a compararlo con aquello. Si en la actualidad tenemos otra pareja, nuestra mente va a menudo hacia aquella persona ideal, perfecta en todos sus aspectos. Algo que ocasiona aún más sufrimiento.
La sensación de que pudimos haber «hecho algo»
Para muchas personas, algo imposible es poco más que un desafío. ¿Pude haber hecho algo más para que lo nuestro pudiera mantenerse? ¿Es que no fui lo bastante valiente? ¿Era quizá demasiado joven y me faltó experiencia y coraje?
En realidad, la etiqueta de «imposible» encierra una visión demasiado romántica de hechos comunes: una persona que nunca se fijó en nosotros, una relación que no pudo llevarse a cabo porque nos separó la distancia u otros intereses personales o profesionales…
El amor y el desamor tiene siempre realidades muy concretas, pero con la palabra «imposible» le damos una connotación casi ideal. Porque si el amor es sincero, intenso y maduro, no deberían existir barreras que impidieran esa relación.
Tipos de amores imposibles
Los amores imposibles, tal y como hemos señalado al inicio, son sinónimo de sufrimiento, pero a su vez, podemos diferenciar tres tipologías en las que algunos de nosotros nos podemos identificar:
- El amor idealista o anaclítico: en este caso lo que hacemos es atribuir a una persona en concreto ideales que para nosotros, son perfectos. Atribuímos rasgos y detalles que para nosotros son ideales pero que no se corresponden con la realidad. Poco a poco, iremos descubriendo lo que hay bajo esa máscara inventada por nosotros, y esa gran diferencia.
- El amor narcisístico: seguro que con la simple palabra ya adivinas a qué nos estamos refiriendo. Hay personas que buscan en otros características propias. Buscamos a alguien tan parecido a nosotros mismos que lo único que nos encontramos son decepciones. Nadie se ajusta a nuestras necesidades. Algo sin duda inmaduro porque el amor, se edifica disfrutando de las semejanzas pero enriqueciéndonos también de las diferencias.
- El amor difícil: estamos seguros de que todos en alguna ocasión hemos vivido esta situación originada por un amor difícil: ¿Te has enamorado alguna vez de tu profesor o profesora? ¿De un actor? ¿De una cantante? ¿De alguien que te doblaba la edad? Son ejemplos de amores imposibles (o casi imposibles)
El amor imposible implica que debemos conocernos un poco más
Todos tenemos claro que en ocasiones, no podemos controlar de quién nos enamoramos y de quien no. Ahora bien, hay aspectos que deben obligarnos a pensar primero en la necesidad de cuidar de nuestra autoestima, antes de caer en el error de idealizar a alguien que no nos merece.
- No veas como «amor imposible» a alguien que te ha rechazado. Hay que asumirlo, pasar página y encontrar a alguien que de verdad nos quiera y nos haga feliz.
- No focalices tu interés en «imposibles», si tienes claro que esa persona prioriza más su propia vida y sus intereses, a estar contigo, estás ante un amor egoísta que causa más sufrimiento que felicidad.
Si nosotros sabemos lo que queremos, si sabemos que merecemos ser felices, no habrá muros que nos impidan luchar por alguien que sí nos quiere. En ocasiones, vale la pena arriesgarse y transformar lo imposible en posible.
Y ahora dinos…¿Has sufrido en alguna ocasión por un amor imposible? Si es así no dudes en dejarnos tu opinión y leer también cómo superar un fracaso emocional