La historia de la humanidad está repleta de relatos trágicos. De testimonios de personas que se vieron obligadas a vivir en primera persona la humillación de los actos más oscuros de nuestra raza. Un ejemplo de ello fue, sin duda, el de Saartjie Baartman. Una mujer africana de la etnia Khoikhoi, que tras ser convertida en esclava a principios del siglo XIX, se le condenó a ser una atracción de feria en las principales capitales europeas.
¿La causa? Padecer esteatopigia.
Saartjie Baartman, una vida de esclavitud
La existencia de Saartjie Baartman hubiera sido muy diferente si un día Hendrik Cezar y Alexander Dunlop no se hubieran fijado en ella y hubieran decidido llevársela como esclava. La joven tenía una vida normal con los suyos, con su familia y el resto de su etnia Khoikhoi, pero estos europeos vieron en la figura de Saartjie una oportunidad de ganar dinero, mucho dinero, si la exhibían por teatros y recintos como atracción de feria. Algo que, como ya te explicamos en nuestro artículo sobre John Merrick, también le ocurrió a este joven más conocido como «el hombre elefante».
Pero ¿qué tenía Saartjie Baartman para atraer la atención de las miradas y la curiosidad europea? Sus nalgas. Era común que muchas mujeres de etnias africanas como bosquimanos y hotentotes africanos padecieran lo que hoy se conoce como esteatopigia, que no es más que una acumulación inusual de grasa en las nalgas, y que también pueden padecer el resto de mujeres de cualquier raza, si sufren -por ejemplo- de obesidad mórbida. La mayoría de las mujeres Khoikhoi disponían de unas nalgas bastante llamativas, pero el caso de esta muchacha era más exagerado, con lo cual Saartjie, pasó cerca 4 años siendo exhibida en Londres, para después, continuar su humillante periplo en París.
La venus Hotentote
Saartjie era anunciada en la ciudad de París como la ‘la Venus Hotentote’. Su cuerpo era exhibido desnudo para que el público -mayoritariamente masculino- viera sus formas con total detalle. El morbo era tan alto que no dudaban en pagar altos precios por aquel simple y rudimentario espectáculo. Afortunadamente no tardaron en escucharse las voces de los abolicionistas, personas que clamaban la necesidad de detener aquel episodio tan humillante.
¿Y qué defensa ensalzaron los «dueños» de la esclava Saartjie? Que la muchacha lo hacía porque así era su deseo, tal y como ella misma lo había dejado firmado en su contrato. Un documento redactado en neerlandés y que, por supuesto, ella no entendía. Finalmente, y debido a las constantes críticas, el espectáculo se cerró y «la Venus Hotentote» fue vendida a un empresario francés.
¿Terminó allí la humillación de Saartjie? En absoluto. Fue entonces cuando empezó si cabe, algo mucho peor. Empezó a trabajar en un espectáculo de variedades donde la obligaron a prostituirse, a ir de antro en antro siempre y cuando hubieran hombres que pagaran por ella, por esa venus negra de grandes nalgas, arrancada de los suyos y eternamente humillada.
El final de Saartjie Baartman
En esta historia, como ya puedes intuir, no hay final feliz. Nos hubiera gustado contarte que alguien logró salvarla y apartarla de aquel mundo, que aquellos que la vendieron y que se aprovecharon de ella fueron castigados, pero no fue así. Vivíamos un periodo histórico donde los derechos humanos permanecían en el vacío del desprecio, así que nuestra Saartjie terminó su vida de modo temprano. Algunas fuentes dicen que de sífilis, otros que de viruela o incluso pulmonía, no queda claro.
El caso es que, ni aún después de su muerte encontró descanso. Se le hizo la autopsia para, posteriormente, exhibir su cuerpo, cerebro, esqueleto y genitales en el «Musée de l’Homme» de París. Allí permanecieron hasta que en 1974, alguien tuvo un atisbo de decencia y pensó que era mejor retirarlos. El único detalle positivo lo encontramos veinte años después de esta fecha, cuando Nelson Mandela pidió los restos de Saartjie Baartman para que, por fin, encontrara descanso en su tierra, de la que nunca tuvo que ser arrancada.
¿Qué opinión tienes sobre esta historia? Si te interesa y deseas conocer más sobre ella, siempre puedes ver la película realizada en 2010 titulada «Vénus noire» (Venus negra) de Abdellatif Kechiche.