Sexo, droga y rock’n’roll. Es el gran estereotipo del mundo del rock, y muchas estrellas del rock lo siguieron a rajatabla. Solo hay que echar un vistazo al llamado club de los 27 para ver como algunos de los mejores músicos de la historia, trágicamente, han cumplido con lo de «vive rápido y deja un cadáver joven». Pero esto también nos deja algunas de las fiestas más salvajes de la historia, así que vamos a conocer las fiestas más legendarias de la historia del rock.
El cumpleaños de Keith Moon
Un cumpleaños donde el cumpleañero miente sobre su edad para evitar problemas promete. Es el caso de Keith Moon, batería de The Who, que celebró su 20º cumpleaños en como si fuera el 21º, la mayoría de edad en Estados Unidos, donde The Who estaba de gira. El 23 de agosto de 1967, tras un concierto en Flint, empezó la fiesta, presidida por una tarta de cinco pisos cortesía de la discográfica y la marca de la batería. Y la tarta empezó a volar.
Aunque a medianoche la fiesta debía haber acabado, no fue así. Los responsables del hotel y sus huéspedes se quejaron, y a la tercera Keith Moon le lanzó un tartazo al encargado del hotel y huyó con el extintor por los pasillos. Más tarde se colgó de la lámpara, que no aguantó el peso; pero los momentos estelares fueron la estampida de invitados borrachos y chicas desnudas y un Lincoln Continental que acabó en la piscina.
En total, The Who tuvo que asumir 50.000 dólares en desperfectos, y aunque le prohibieron volver nunca más a un hotel Holiday Inn, Keith Moon nunca fue detenido porque estaba camino del dentista tras romperse un diente en la fiesta.
Los Rolling en la mansión Playboy
Nada bueno puede salir de la combinación entre Keith Richards y la mansión Playboy. Y más en 1972, durante una gira que fue una monumental bacanal. A su paso por Chicago, Hugh Heffner invitó a sus los Rolling a la mansión Playboy, lugar en el que no faltaron los estupefacientes y donde las famosas conejitas de Playboy pasaban, citando, «de uno a otro como si fueran porros».
Entre los momentos impactantes están cuando Keith Richards y Bobby Keys (saxofonista) incendiaron el baño mientras se drogaban o cuando Mick Jagger le dijo a una conejita «tendré más cuidado la próxima vez» cuando esta se quejó de los cardenales que tenía por todo el cuerpo. Las salvajes fiestas de los Rolling en aquella gira aparecen en ‘Viajando con los Rolling Stones’, escrito por Robert Greenfield, un periodista que los acompañó durante todo el viaje.
Halloween con Freddie Mercury
Freddie Mercury fue uno de los reyes del exceso. Para celebrar el lanzamiento de su disco ‘Jazz’ organizó una fiesta de Halloween el 31 de octubre de 1978 en el Hotel Fairmont de Nueva Orelens. El líder de Queen invitó a 400 personas, entre ellas los viandantes extravagantes que encontró en la calle.
El recibimiento fue digno de la fiesta: camareros enanos con bandejas llenas de cocaína traída desde Colombia expresamente para la ocasión, camareros (y camareras) desnudos sirviendo caviar o langosta, streapers, modelos peleándose, bailarines desnudos en jaulas colgadas del techo, servicios de sexo oral en el baño para quien quisiera… En resumen, una orgía que pasó a la historia como el «Sábado noche en Sodoma».