Podríamos decir, casi sin equivocarnos, que la música es más que un lenguaje, que es todo un universo de emociones, un cordón umbilical que nos hace vibrar y que nos enriquece como seres humanos.
¿Qué tipo de música te gusta? ¿Eres fiel a un estilo o estás abierto a todo tipo de tendencias? La verdad es que no importa demasiado si en tus auriculares suena cada día los último éxitos en música pop o si tus dedos tamborilean embelesados por el jazz. Estamos seguros de que como buen amante de la música, te identificarás con alguna de estas dimensiones.
1. Nuestro refugio, nuestro motor cotidiano y el alivio de tristezas
La música es ese aliento cotidiano que nos recibe cuando empezamos el día. Es tan revitalizante como el café, y no hay momento que al salir de la cama, no le des al «play» en esa lista de favoritos en tu reproductor.
Cuando la vida te trae tristezas encuentras alivio con ella, con esa canción perfecta que te tranquiliza, que te arropa y que te arraiga contigo mismo. Todos tenemos una favorita. Ahora bien, además de terapéutica, la música es un modo de enfatizar aún más nuestras alegrías. Nos enciende y hace que lo que vemos por la ventana, sea aún más hermoso.
En ocasiones, llegas a pensar que sin ella, sin la música, tu vida no sería la misma, es más… ¡No sería vida!
2. Todos hemos «madurado»musicalmente
Seguro que en alguna ocasión, haciendo limpieza en tu habitación, has encontrados piezas musicales de las que te avergüenzas ahora. Discos de éxitos de aquella época en tu adolescencia más ciega. Afortunadamente, los años te han hecho madurar.
No obstante, podríamos decir que las preferencias musicales, como la propia vida, son un continuo avanzar que se relaciona mucho con cada etapa. Ese viaje que hiciste un año hizo, por ejemplo, que disfrutaras con músicas nuevas, esa persona especial que ahora tienes en tu vida, te ha descubierto artistas a los que nunca prestaste atención…
3. Los padres a veces nos descubren cosas interesantes
Hay quien durante su infancia, tuvo la suerte de crecer junto a una familia que puso una banda sonora excepcional en cada uno de sus pasos. Puede que a tu padre le gustara David Bowie o Johnny Cash, y puede que tu madre adorara a Led Zeppelin…
¿Te ha ocurrido a ti?
4. Cuando intentas «convertir» a un amigo/a
Tienes a ese cantante que te apasiona, ese disco que acaba de salir y que es poco más que la perfección absoluta. Tu biblia. Quieres compartirlo, que tus amigos o tu pareja lo escuchen día y noche tal y como haces tú.
Sin embargo, cuando lo escucháis juntos o en grupo, percibes que te miran con cara de escepticismo y con expresión de… ¿Y esto te gusta a ti? Tu mundo se derrumba… pero solo durante unos instantes.
5. Los conciertos, momentos mágicos
Hay quien recuerda muchos momentos de su vida por esos conciertos vividos. El primer concierto al que acudió con 15 años, aquel que supuso tener que trasladarse a otra provincia y engañar a sus padres con una excusa que luego, fue descubierta.
Ese concierto perfecto que vivimos años después, tras ahorrar durante meses, experimentando un sin fin de emociones tan intensas que fue como si el universo entero se armonizara con esos acordes de guitarra, con esa voz desgarrada, con esos espectáculos de luces y sonido y la gente que vibraba contigo.
Luego, estuviste afónico/a durante cinco días, pero todo valió la pena y aún hoy, guardas en tu memoria esos momentos perfectos vividos en los conciertos.
Y ahora dinos… ¿qué más aspectos te identifican a ti? ¡No dudes en dejarnos tus comentarios!
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