El olfato es el sentido que tiene más poder evocador. Los olores son capaces de traer desde nuestra memoria un sinfín de recuerdos. Si por ejemplo estamos lejos de casa y el aroma de un suavizante es igual al que usaba nuestra madre, enseguida quedaremos sumergidos en un montón de imágenes que en un instante nos llevarán de vuelta a nuestro hogar. Esta relación estrecha entre memoria y olfato se da continuamente aunque a veces no nos demos cuenta. Sin embargo, el mundo actual, por diversos motivos, está haciendo desaparecer algunos aromas que han formado parte de nuestro entorno. Aquí tienes 5 olores que están a punto de desaparecer o prácticamente han desaparecido ya.
5 olores que están a punto de desaparecer
1. Olor a hojarasca quemada
Este olor era una señal inequívoca de que estábamos en otoño. Mucha gente en sus jardines amontonaba las hojas caídas y luego les prendía fuego. Salías a la calle y repentinamente te rodeaba ese delicioso aroma a hoguera. En la mayoría de países eso ya no es posible.
Las normativas prohíben encender esas fogatas caseras. En unos casos por la contaminación y en otros por el peligro de incendio.
2. Olor a rotulador
Los rotuladores se empezaron a utilizar en la década de los 50. La composición de su tinta fue prácticamente igual hasta 1990 e incluía una mezcla de disolventes (xileno y tolueno) que por su toxicidad fueron sustituidos por otros a base de alcohol.
Esa primera tinta emanaba un efluvio muy característico que no era en absoluto desagradable. Si por un casual volviésemos a olerlo seguro que, a los que fuimos niños entre esos años, nos haría retroceder a nuestra época escolar.
3. Olor a fulminantes
¿Recordáis esas pistolas de juguete que funcionaban con fulminantes? Eran unas pequeñas cargas de pólvora y azufre que hacían más reales los juegos infantiles y que hace años que fueron prohibidas por los peligros que conllevaban. Sin embargo, el olor de esos detonantes permanece vívido en nuestro recuerdo.
4. Olor a coche nuevo
Durante mucho tiempo los coches nuevos olían intensamente a «nuevo». Los elementos del habitáculo desprendía un intenso olor que provenía de los gases de plásticos, materiales sintéticos y aditivos químicos con los que estaban fabricados.
En 1995 analizaron los compuestos volátiles de un coche nuevo y encontraron más de 50. Algunos de ellos perjudiciales para la salud. Hoy en día aunque un coche nuevo huele algo, no es comparable al olor de antaño.
5. Olor a polvo de tiza
El olor a polvo de tiza que emanan y emanaban las aulas es uno de los olores que están a punto de desaparecer. Las pizarras clásicas están siendo sustituidas por las electrónicas.
La tiza ensucia y causa alergia en muchas personas y poco a poco se irá imponiendo la nueva tecnología.
¿Qué otros olores recuerdas y han desaparecido o piensas que está entre los olores que están a punto de desaparecer? ¡Compártelo con nosotros!
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