En Supercurioso ya escribimos un artículo sobre Wu Zetian, esta emperatriz de China tan injustamente tratada, a nuestro parecer, por los historiadores. En este nuevo post queremos agregar información para que conozcas mejor a esta formidable mujer que impulsó el budismo en China y luchó por lo que pudiéramos llamar derechos femeninos.
8 datos sobre la “cruel” emperatriz de China: Wu Zetian
1. La única emperatriz de China
En más de 3.000 años de historia china, Wu Zetian se alza como la única emperatriz de este país. A los 13 años formó parte del harén del emperador Taizong, que pronto la tomó como su concubina favorita; al morir éste, lo esperado era que Wu Zetian se recluyera en un templo, pero no fue así.
Compartió el poder con el sucesor, hijo de Taizong, incluso gobernó por completo en los períodos frecuentes de enfermedad que él tenía.
2. Escuchaba al pueblo
Era conocida por ayudar a la gente común, y por eliminar la corrupción del gobierno. Evitó guerras de gran envergadura por considerarlas innecesarias y reformó la prueba de reclutamiento para los oficiales, para que fuese una institución más inclusiva.
Instaló cajas de cobre por todo el reino para que los ciudadanos pudiesen denunciar anónimamente y con total libertad lo que les parecía malo. Mantuvo una eficiente policía y mejoró la burocracia.
3. No era una emperatriz déspota
A pesar de los numerosos documentos que atestiguan su carácter terrible y su mandato de terror, el pueblo –al momento, 50 millones de chinos– la quería; de hecho, aceptaba críticas y reconocía y valoraba las sugerencias de sus leales ministros, como la que hizo uno de los más cercanos al insinuar, en el año 701, que era momento de abdicar.
4. Estabilizó y consolidó la dinastía Tang
La dinastía Tang fue uno de los grandes imperios chinos, entre el 618 y el 906. Pero durante el reinado del emperador Taizong (627-650), y luego de Wu, China sometió a sus vecinos nómadas del norte y noroeste para asegurar la paz y la seguridad en las rutas comerciales que iban a Siria o Roma.
El siglo VII, el siglo de Wu Zetian, fue especialmente significativo en cuanto a cambios sociales, ya que la reforma del sistema oficial obligaba a activarse a hombres educados y sin conexiones familiares y servir al gobierno. Esta nueva clase social reemplazó poco a poco a la antigua aristocracia, y contribuyó a una extraordinaria fusión cultural.
5. Ha tenido la peor mala fama
Gracias a los historiadores chinos, esta emperatriz de China fue difamada de manera oficial e imperial, acentuándose sus defectos y elaborando listas de los crímenes cometidos:
“mató a su hermana, descuartizó a sus hermanos mayores, envenenó a su madre y estranguló a su hija. Ella es odiada igualmente por los dioses y por los hombres”.
Del crimen de su hija dicen que culpó a la esposa del emperador –Wang–, y éste le creyó a Wu y mandó a encarcelar a Wang, a la que pronto acompañó la Concubina Pura. Cuentan que Wu Zetian ordenó atar las manos y pies de ambas mujeres y mutilar sus cuerpos y llenar con ellos unos barriles de vino. Después de “deshacerse” de sus dos principales rivales, logró ser emperatriz.
6. Tenía un harén de hombres
Es normal para un emperador tener un harén de mujeres, pero para una mujer es absolutamente escandaloso. Wu Zetian mantuvo un harén masculino a la avanzada edad de 70 años, lo que le valió epítetos como “lujuriosa” y “pervertida”, entre los más aceptables.
7. Era de una gran belleza e inteligencia
Ser admitida en el harén del emperador equivaldría hoy en día a ganar un certamen de belleza, por lo que es fácilmente deducible que era hermosa a sus 13 años. Pero mantenerse y llegar a ser lo que fue involucraba algo más que una cara bonita.
Sabía leer y su trabajo era cambiar los documentos oficiales que Taizong tenía pegados en las paredes de su habitación, para tener con qué trabajar si acaso despertaba en la noche. Así, Wu tenía acceso al dormitorio imperial y, dicen las malas lenguas, pudo seducir al emperador.
8. Una lápida en blanco
El monumento de piedra gigante, colocado a un lado de la vía que conduce al “espíritu de su tumba” permanece en blanco. Los historiadores aducen que a su muerte no se hizo ninguna inscripción a la espera de que sus sucesores pudiesen componer algún epitafio digno de ella. Pero hasta el momento jamás escribieron nada, y su lápida está muda.
Es el único caso en la historia china que una tumba de un mandatario imperial permanezca sin ningún tipo de inscripción.
Sin duda, Wu Zetian se aprovechó de las situaciones políticas que se le presentaron, y tomó ventaja de ellas. Fue una mujer de su tiempo, una gobernante que tal vez no se diferenció mucho de los otros, pero que se enfrentó a la ideología confucionista y en virtud de ello, fue denigrada en documentos oficiales que perduran hasta hoy, 1.500 años más tarde. El Instituto Smithsoniano publicó un interesantísimo artículo sobre esta “demonización” de la emperatriz de China, y si tienes interés puedes consultarlo aquí.
También puedes leer sobre las asombrosas «cuevas de los mil Budas», a propósito del nombramiento del budismo como religión oficial de China, que hizo Wu Zetian.