Todos sabemos que es posible modificar la conducta humana de manera artificial. El alcohol, las drogas e incluso determinados medicamentos pueden alterar nuestra manera de hacer las cosas e incluso nuestro carácter. Los científicos, en su búsqueda de mayor conocimiento sobre el cerebro humano, investigan cómo éste puede ser manipulado. Este hecho plantea muchas dudas éticas, ya que si bien por un lado estas investigaciones pueden ayudar a personas con enfermedades, por otro el resultado mal utilizado puede ser aterrador. Conozcamos una de estas investigaciones: la «píldora de la compasión» una investigación real.
La «píldora de la compasión»
Investigadores de las Universidades de California Berkeley y San Francisco colaboraron en esta investigación y descubrieron que existe un medicamento que actúa sobre la corteza prefontal de nuestro cerebro cambiando el equilibrio neuroquímico y que esto se traduce en un cambio en nuestros comportamientos sociales. Tras ingerir este medicamento aumenta nuestra tendencia a tener comportamientos «prosociales» o a ser más justo en la distribución de recursos y por tanto más compasivos.
En la investigación participaron 35 voluntarios, hombres y mujeres. Se les presentó un problema de reparto de dinero con extraños. Al primer grupo se les dio un placebo y los del segundo ingirieron tolcapone. El tolcapone es un medicamento que toman habitualmente muchos enfermos de parkinson. Debido a que se sabe que las decisiones relativas a la justicia/injusticia económica se toman en la corteza prefrontal y que esta zona del cerebro se ve afectada por la dopamina, quisieron comprobar la consecuencia de darles tolcapone, que se sabe alarga los efectos de la dopamina. Nadie sabía quién había tomado el placebo o el medicamento hasta finalizar la prueba. Al acabar se comprobó que los que habían tomado tolcapone fueron mucho más intolerante con la injusticia al distribuir los medios que el otro grupo y más compasivos. Por eso la han llamado la «píldora de la compasión».
Demostraron que es posible la manipulación del nivel de compasión si se modifica la composición química de su cerebro y por tanto, que los comportamientos sociales pueden estar más influenciados por la biología de lo que se había pensado hasta ese momento.
Cada vez se sabe más sobre los circuitos neuronales que rigen nuestros comportamientos sociales y estas investigaciones pueden ayudar tanto a efectuar el diagnóstico como a tratar determinadas disfunciones sociales. La tendencia es pensar que la imparcialidad o equidad es una característica estable de cada persona y según el Dr. Hsu, que ha dirigido la investigación, sus resultados no contradicen esta tesis, únicamente apuntan que ese rasgo puede verse sistemáticamente afectado si cambia el equilibrio neuroquímico.
Gracias a estas investigaciones en un futuro se podrá comprender mejor como funciona el aumento o disminución de determinadas sustancias a personas afectadas por esquizofrenia, enfermedades mentales o adicciones y mejorar sus relaciones sociales y con el entorno, además de proporcionar nuevas herramientas de diagnóstico o tratamiento.
¿Qué te parecen las investigaciones como esta sobre la Píldora de la compasión?¿Crees que a la larga se puede hacer un mal uso de ellas? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer el post:
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