Hoy en día mujeres y hombres comparten las aulas de las universidades de casi todo el planeta y en algunos estudios son más las féminas que los varones las que se gradúan. Sin embargo, hasta el siglo XX las mujeres lo tenían muy difícil para acceder a cualquier tipo de educación superior. A lo largo de la historia existieron algunas excepciones y en esta ocasión queremos acercarnos a Juliana Morell, la primera mujer en obtener un título universitario en el s. XVI. Nació en Barcelona en 1594 y cuando cumplió cuatro años sus maestras informaron a su padre de que ya no podían enseñarle nada más. En 1608 tuvo el honor de ser la primera mujer en conseguir un doctorado universitario.
Juliana Morell, la primera mujer en obtener un título universitario
Juliana Morell nació en Barcelona, en la calle de la Cendra del barrio del Raval, en 1594. Su familia eran conversos de origen judío. Huérfana de madre a los 2 o 3 años fue educada por su padre, Joan Antoni Morell, que era un humanista al estilo de la época. Juliana demostró enseguida que era superdotada y fue educada por las monjas dominicas de Barcelona hasta los cuatro años, momento en el que informaron a su padre de que ya no le podían enseñar nada más.
Los humanistas de finales del siglo XV y el XVI creían en la educación de la mujer como un camino para alcanzar la «plena virtud». Creían en la igualdad de la inteligencia de la mujer y el hombre, pero no podían sustraerse a los dictados sociales y las costumbres del momento motivo por el que, aunque defendieran sus capacidades intelectuales, no aceptaban la libertad de las mujeres ni el derecho a decidir el uso que querían dar a sus conocimientos. Todo lo aprendido, para los humanistas, era únicamente un medio para mejorar las tareas sociales y familiares que tradicionalmente se atribuía a la mujer.
Joan Antoni Morell, rico banquero y comerciante, puso a disposición de su hija todos los conocimientos de la época y a partir de los 4 años Juliana dedicó entre 7 y 8 hora diarias al estudio. A los 7 años hablaba catalán, latín, hebreo y griego y a los doce también el castellano, el árabe, el siriaco, el italiano y el francés. A los 17 hablaba y escribía al menos en 14 idiomas. Estudió filosofía, artes, derecho y teología según los cánones de la época.
Cuando Juliana tenía 8 años, la familia se vio obligada a huir a Lyón (Francia) ya que su padre se vio implicado en una acusación de asesinato. Allí la niña prosiguió sus estudios a nivel universitario, lo que en aquella época suponía adquirir una formación universal que incluía a los clásicos y conocimientos de dialéctica, retórica, filosofía, música, derecho civil y canónico, física, metafísica, astronomía, matemáticas y física entre otros. Cuando tenía 12 años defendió su tesis en ética y dialéctica A la edad de 12 años defendió en público su tesis en ética y dialéctica summa cum laude «Cum Logicas tum Morales». La familia se trasladó a Aviñón y allí el padre de Juliana quiso que obtuviera un doctorado en derecho. Defendió su tesis ante una distinguida audiencia obteniendo su doctorado summa cum laude en 1608.
A partir de ese momento las opciones de Juliana eran pocas. Su padre le estaba concertando un ventajoso matrimonio, pero ella no quería seguir ese camino. No podía permanecer soltera ya que era mal visto socialmente y se la hubiera considerado poco más que una aberración: una mente de hombre en un cuerpo de mujer. Juliana optó por la única vía que le iba a permitir seguir estudiando y profundizando en sus conocimientos: entrar en un convento. La joven había estado en contacto con las monjas dominicas de San Práxedes en Aviñon donde profesó como novicia. El 20 de junio de 1610, Juliana Morell hizo los votos definitivos.
Su vida conventual transcurrió plácidamente y fue priora en tres ocasiones, la primera a los pocos años de profesar. Murió en 1656 tras dos años de sufrimiento y está enterrada en el convento de Aviñó. Durante los más de 45 años que pasó allí tradujo y comentó muchas obras al francés como «La Regla de San Agustín» o la «Vita Spiritualis» de San Vicente Ferrer. También compuso algunas odas que no se han conservado y poemas en latín y francés. El propio Lope de Vega le dedicó un poema de alabanza.
Juliana Morell junto con Teresa de Jesús son las dos únicas mujeres representadas en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona y no fue hasta finales del siglo XIX que una mujer consiguió doctorarse en la era moderna. En 1875, la polaca Stefania Wolicka recibió un doctorado en Filosofía por la Universidad de Zurich a pesar de la oposición del Imperio Ruso a que las mujeres siguieran estudios superiores incluso en el extranjero.
¿Conocías a Juliana Morell? ¿Qué te parece su decisión de entrar en un convento para poder seguir estudiando y dedicándose a labores intelectuales? Si quieres conocer a otra notable mujer, te invitamos a leer: María la Judía, la primera alquimista de la historia.