Los Inmortales persas eran un famoso regimiento de élite del ejercito persa muy temido por todos sus enemigos en las diversas guerras y batallas que combatieron. Únicamente los conocían por este nombre sus adversarios, debido a la fama de invencibles que atesoraban. También se les llamaba Meloforos, o porta manzanas en griego antiguo, nombre que se debe a que la punta de su lanza tenía cierto parecido a esta fruta. Se les empezó a conocer con el sobrenombre de “Inmortales” gracias a los escritos de Heródoto, además estos guerreros tenían la fama de invencibles debido a que en cuanto moría un soldado éste era reemplazado por otro con prácticamente las misma características.
Lucharon en innumerables batallas, y en este artículo vamos a analizar sus participaciones más importantes. Este exigente ejército, únicamente aceptaba a medos o persas y su número siempre debía ser de 10.000 hombres, de entro los cuales se encontraban los mil hombres que formaban parte de la guardia privada del rey persa. Su equipamiento estaba formado por un escudo de mimbre y cuero, una lanza de hierro corta, un arco con carcaj y una daga o espada corta. Su táctica principal era la de carga frontal combinado con un ataque de flechas en la retaguardia y flancos. Llevaban, además, todo un regimiento de mujeres, comida y monturas detrás de ellos. Ahora que ya conoces más sobre ellos, ¿te gustaría saber en qué batallas participaron estos fabulosos guerreros? iSigue leyendo este artículo!
Los Inmortales persas | Sus batallas más destacadas
1. Batalla de Maratón
En esta contienda, los Inmortales no hicieron honor a su nombre, ya que cayeron de manera estrepitosa frente a los atenienses en el año 490 a. C. El rey persa de aquellos tiempos era Darío el Grande, que decidido a conquistar toda Grecia mandó a todo su ejército para lograr su cometido. En ese ejército de más de 150.000 hombres, destacaban los Inmortales que se enfrentaron a tan solo 11.000 atenienses liderados por el general Milcíades.
El comandante ateniense decidió que la batalla tendría lugar en Maratón, una bahía situada a unos 42 kilómetros de Atenas. Los persas se confiaron y únicamente desembarcaron a un pedazo muy pequeño de su ejército. Tras lo cual la táctica ateniense era clara, rodear al ejército persa y atacar a sus tropas más destacadas que se ubicaban en el centro. La táctica definitiva fue que los griegos atacaron de manera frontal y frenética, pillando por sorpresa a los Inmortales persas y reduciendo el tiempo de exposición con sus flechas. El ejército de Darío perdió más de 7.000 hombres en muy poco tiempo, mientras que las bajas de los griegos no llegaron a los doscientos hombres.
2. Batalla de las Termópilas
La derrota de Maratón nunca se le olvidaría a Darío, ni tampoco a los persas ya que también fue un duro golpe para su orgullo. Diez años después, intentaron conquistar las ciudades libres griegas de nuevo. Esta vez, el líder de los invasores era Jerjes hijo de Darío. A pesar de que Heródoto dejó escrito que el ejército persa era de 2.000.000 hombres, los expertos aseguran que la cifra más aproximada y realista era la de 300.000 soldados. Los griegos pronto vieron que se les venía encima un gran ejército, y pronto solicitaron ayuda a Esparta. Leónidas, líder del pueblo espartano, únicamente aportó su guardia personal de 300 guerreros, ya que el oráculo no permitió que llevase a su ejército entero.
Demostrando una gran inteligencia, Leónidas se aseguró de que la batalla se librara en el paso de las Termópilas. Una zona rocosa y prácticamente inaccesible en la que la gran ventaja de efectivos persas no servía de mucho por lo que la posición de los espartanos era perfectamente defendible. Los Inmortales entraron en acción el segundo día de batallas, con su general Hidarnes a la cabeza. Pronto se dieron cuenta que sus lanzas, de menor tamaño que las griegas, no servirían de nada en las Termópilas. La fuerza de élite persa, pronto se dio en retirada ya que veían como estaban siendo masacrados por los espartanos. Finalmente, y tras varios días aguantando el paso de las Termópilas, el ejército de Leónidas cayó no sin conseguir su cometido que era retener a los persas y sus Inmortales el tiempo suficiente para que el ejército griego se rearmara.
3. Batalla de Issos
En el año 333 a. C, Darío III se enfrentó a los macedonios liderados por uno de los grandes caudillos de toda la historia, Alejandro Magno. Los Inmortales, comenzaron esa guerra mermando las tropas del gran líder macedonio aunque pronto comprobarían como la batalla cambiaría a favor de las huestes del gran guerrero. Éste consiguió romper las primeras líneas enemigas del ejercito persa y pronto se hizo con el mando del combate. Llegó a capturar a las hijas y mujer del emperador enemigo, acabando así con la supremacía persa en la mayoría de las tierras conocidas. Alejandro Magno desposó a una de las hijas del emperador.
Como habrás podido comprobar tras leer este artículo, los Inmortales persas no eran tan invencibles como su fama decía. Fueron muchas las batallas en las que resultaron victoriosos, pero también sufrieron algunas derrotas que mermaron su inmaculado nombre. Ahora que has leído este texto acerca de los Inmortales persas, nos gustaría que nos dieses tu opinión. ¿Pensabas que este cuerpo de élite había cosechado más victorias? ¿Cómo valoras su fracaso en las Termópilas? ¿Conoces alguna otra batalla en la que hayan participado? ¡Estamos deseando conocer todos tus comentarios!