Todos sabemos que Luis XVI y su esposa, la reina María Antonieta, fueron guillotinados en los años posteriores a la Toma de la Bastilla de 1789. Junto a ellos muchas otras personas perdieron la cabeza en la guillotina y la mayoría de ellos pertenecían a la nobleza francesa. Entre los sentenciados y ejecutados hubo un personaje que compartió encierro y pesares con los reyes de Francia: la hermana menor del rey. Acompáñanos a descubrir la tragedia de Madame Élisabeth, la hermana de Luis XVI guillotinada.
Madame Élisabeth, la hermana de Luis XVI
Madame Élisabeth, conocida también como Isabel de Francia, nació en el Palacio de Versalles el 3 de mayo de 1764. Se le impusieron los nombres de Élisabeth Philippe Marie Hélène y fue la octava y última hija del entonces delfín de Francia, Luis, y de María Josefa de Sajonia. Su abuelo era Luis XV. Cuando tenía dos años murió su padre de tuberculosis y al año siguiente, por el mismo motivo, su madre. Huérfana a los tres años, a los seis asumió su educación en Montreuil Madame de Mackau. La influencia de sus tías hizo de ella una persona profundamente religiosa y una defensora a ultranza de la monarquía.
Además de las enseñanzas habituales, recibió clases de botánica y matemáticas convirtiéndose en una gran amante de las ciencias tema que la acercó a su hermano Luis. También destacó en la pintura y se considera que recibió una excelente educación. Sus primeros años de vida transcurrieron junto a su hermana Clotilde con la que se llevaba cinco años. Aunque su relación al principio fue mala debido a sus dispares caracteres, finalmente se convirtieron en grandes amigas y cómplices. Cuando Clotilde cumplió los 15 años, en 1775, fue desposada con el príncipe heredero de Cerdeña y partió hacia su nuevo hogar. La despedida fue tremendamente dolorosa para Madame Élisabeth.
Madame Élisabeth tenía 11 años cuando en 1774 su hermano Luis, el delfín, se convirtió en Luis XVI. Fue la hermana preferida del rey y mantuvo una buena relación con María Antonieta, su cuñada. Luis XVI le obsequió el dominio de Montreuil para que tuviera ingresos y casa propia. Mientras fue la señora del lugar hizo innumerables obras de caridad y se interesó por la «variolización» que era un incipiente tratamiento semejante a una vacuna de la viruela a la que creía debían tener acceso tanto ricos como pobres.
Al hacerse mayor empezaron a buscarle pretendientes entre las familias reinantes entre ellos el Duque de Aosta, el Príncipe José de Brasil o el propio emperador José II, hermano de María Antonieta. También se le ofreció ser coadjutora en la abadía de Remiremont, pero ella no quería ser abadesa y prefirió seguir en la corte, viviendo un amor platónico con el Dr. Darcy. Madame Elisabeth suplicó a su hermano que no la obligara a casarse y a alejarse de él, de su familia y de Francia, le dijo que: «yo sólo puedo casar con el hijo de un rey, y el hijo de un rey debe reinar en el reino de su padre que y ya no sería más francesa. No deseo dejar de serlo. Es mucho mejor quedarme aquí al pie del trono de mi hermano que subir a otro».
Cuando en 1789 se inició la Revolución Francesa, Madame Élisabeth tuvo la posibilidad de huir con sus tías, pero no lo hizo, prefirió permanecer al lado de su hermano Luis XVI, María Antonieta y sus hijos. En 1791 volvió a renunciar a partir al extranjero y se trasladó a París, al palacio de las Tullerías con la familia real. Los acompañó en el intento de fuga conocido como «la huida de Varennes» y cuando fueron apresados ingresó con ellos en la prisión del Temple. Mantuvo una correspondencia durante su cautiverio en la que se mostró absolutamente contraria a la monarquía constitucional. Tras la ejecución en la guillotina de Luis XVI y el aislamiento del delfín, Madame Élisabeth permaneció con María Antonieta y su hija María Teresa. Cuando se llevaron a la reina a la Conciergerie, se quedó con su sobrina y no supieron que María Antonieta había sido ejecutada dejando una última carta para ella que jamás le fue entregada.
El 9 de mayo de 1794, Madame Élisabeth fue trasladada a la Conciergerie y la juzgó el Tribunal revolucionario. La acusaron de colaborar con el rey y la reina para huir, financiar a los aristócratas huidos y resistencia a las tropas. Sin embargo, lo peor fue la acusación de abuso sexual que contra ella efectuó su sobrino Luis obligado por los revolucionarios. Fue condenada a muerte, a pesar de que muchos revolucionarios, entre ellos Robespierre, creían que con el destierro era suficiente. Fue subida a un carro con otros 25 nobles y partieron hacia el cadalso. La dejaron para la última y consiguió salvar la vida de una de las mujeres sugiriéndole que dijera que estaba embarazada. Consoló y acompañó a todos sus compañeros antes de morir. Le fue negada la asistencia de un sacerdote para los momentos finales y según contaron muchos de los que presenciaron la ejecución cuando murió se extendió por la plaza un olor a rosas conocido como «olor de santidad«. Tenía 30 años en el momento de su muerte. Su cuerpo fue a parar a una fosa común de la que no pudo ser recuperado.
Madame Élisabeth tuvo un trágico final únicamente por ser la hermana del rey de Francia. ¿Conocías a Madame Élisabeth? ¿Tienes más datos sobre su trágica historia? ¡Compártelos con nosotros!