Si alguna vez has visitado un safari, sabrás que está más que prohibido bajar de tu coche en todo el recinto donde los animales campan a sus anchas. Bajar de tu coche en un safari es lo más absurdo, temerario y estúpido que una persona puede hacer, aún más si va con su familia y con niños pequeños. Si bien es algo que apela al sentido común, lamentablemente no todos los humanos somos igual de responsable y la historia que te traemos a continuación lo demuestra.
¿Por qué bajó esta familia del coche en un safari?
Una familia francesa cometió la temeridad de bajar de su coche en un safari, concretamente el Safari Park Beekse Bergen en Holanda. El video donde se muestra la aventura de esta familia ya se ha hecho viral y muestra a estas cinco personas saliendo de su automóvil justamente en el recinto que alberga a los guepardos, el animal más rápido sobre la tierra, así que en el vídeo lo que se muestra es a toda una familia huyendo de un guepardo e intentando volver a su coche.
La aventura de esta familia francesa fue filmada, de principio a fin, por el coche que iba detrás y que se encontraban haciendo el mismo recorrido que ellos. A pesar de que puede oírse como critican su actuación y temeridad y como se asustan cuando los guepardos amenazan con abalanzarse sobre la familia, asombra ver cómo no les llaman la atención ni se acercan con su coche para advertirles que corren peligro o incluso para auxiliarlos. Cuando se les preguntó por su reacción admitieron que «nos quedamos paralizados del susto».
A pesar de lo impactante de las imágenes, hay que celebrar que ningún miembro de esa familia resultara herido y seguramente tiene mucho que ver con el hecho de que salieron en el recinto de los guepardos que, aunque es el animal más veloz del mundo, también son uno de los felinos más grandes, por lo que no son particularmente agresivos. Otro hecho por el que seguramente esta familia tampoco salió herida es, como afirmaban los cuidadores del centro, que las fieras tienen un horario para alimentarse así que
«no estaban especialmente hambrientas, solo reaccionaron con curiosidad y protegiendo su territorio».
Aún así, hacen hincapié en la suerte que han tenido todos los miembros de la familia de salir ilesos de su aventura.
Cuando esta familia francesa llegó al Safari Park Bergen de Holanda, se disponía a hacer su recorrido para ver los más de 1000 animales que alberga el safari. Tal y como indican todos los carteles de advertencia en el parque, como ocurre en otras reservas, las indicaciones son de permanecer en tu vehículo con las ventanillas subidas, sobretodo en las zona donde se encuentran los grandes felinos, ¡está totalmente prohibido bajar de tu coche en un safari!.
Según un experto si a esta familia se les hubiera ocurrido salir de su vehículo en la zona de leones, leopardos o tigres, seguramente el resultado bien podría haber sido radicalmente diferente.
En este caso, al ser guepardos, la situación fue diferente. Según los cuidadores de la reserva, lo más probable es que, en lugar de intentar herir o incluso cazar a los intrusos, los guepardos estuvieran investigando esta intrusión en su territorio y en actitud de defensa más que de ataque.
Como decimos, que fuera una especie y no otra es lo que salvó a la familia de sufrir un trágico accidente, como ocurrió hace unos años en China. Una mujer bajó de su vehículo en el Badaling Wildlife World, situado a las afueras de Beijing en China y fue brutalmente atacada por dos tigres. Milagrosamente la mujer sobrevivió pero su madre, que fue en su defensa, no corrió la misma surte y fue mutilada por otro de los animales.
Otro caso ocurrido también en el Safari Park Bergen de Holanda en 2012, es el de un niño de 9 años que fue mordido por un guepardo cuando salieron a dar una vuelta a la misma altura. El chico echó a correr al ver a la fiera, que le persiguió hasta morderle.
En ese momento, la directiva del centro pensó en cercar la zona, pero llegaron a la conclusión de que lo mejor era seguir recordando al visitante que debía permanecer dentro del coche. Safari Park Bergen ha cumplido 50 años y cuenta con espacios recreativos tradicionales y cabañas similares a las de un safari auténtico de la sabana. Frente a la terraza pasean las jirafas, por ejemplo. “No pensamos hacer más advertencias a través del servicio de megafonía. Son 125 hectáreas de parque. Demasiado grande”, asegura, por ahora, la dirección.
Está más que claro que si existen unas estrictas reglas para visitar estos lugares, tienen una razón de ser y deben cumplirse siempre a rajatabla por la propia seguridad y la de nuestra familia, la más importante de ellas es no bajar, bajo ningún concepto, de su coche en un safari. Correr riesgo innecesario es lo más absurdo e irresponsable que se puede hacer. No olvidemos que son animales la mayoría salvaje cuyas reacciones no podemos predecir.